Sábado de enero,  calor.  Chiclana y Brandsen. Espero en el auto. Cambia el semáforo a verde. De repente escucho «La puta que lo parió».  Miro a mi izquierda y veo a una persona de cuarenta y tantos, flaco y con aspecto de cansado  que se acerca al auto que está delante.  Detrás suyo un carro cargado de cartones.  Sólo escucho que dice, le voy a pagar como pueda pero le voy a pagar.  Sobre el asfalto un montón de pedacitos de colores de una óptica.

El auto está ocupado por un hombre y una mujer de setenta y tantos,  cruzan la calle y estacionan en la esquina,   el señor mayor se baja y empiezan a conversar, no escucho lo que dicen.  En un gesto que se podría decir cariñoso  le palmea el hombro y  se dan la mano.   La pareja sigue su camino,  el señor del carrito,  no quiero decirle cartonero, levanta un cartón tirado en el asfalto y lo acomoda con los demás.  Comienza a empujar lentamente….