Qué importa lo que yo diga frente a tu dolor

como un pez gritando sin pasar la barrera de sonido

de tu oído inyectándose de odio mientras boqueo

para poder respirar boqueo

por harto

por desencanto

por odio

a la muerte

por amor a ella

boqueo y boqueo

y vos sos la usina de mis vanidades

lo que rompí de mi ego

hasta arrastrarme

hecho verga

a que me patees la cara

y morir

retorcido 

de dolor

de branquias

de agua

por heridas

decis que te pisoteo

mientras ni te conozco

me fui cayendo 

con tus ojos atónitos

de que le pasa a este chabón

más lejos que el reloj alarma de la escuela

más lejos que la casa las dos últimas horas del agobio

más pésima que mi enemigo vencedor

ejerciendo el control de todo

y pidiéndome el DNI

usando mis huellas

para no hablar de dolor

ni de amor

ni de rabia

ni de nada

de un completo hexagrama

pintado de tuerca con lluvia

esperando un taxi

con la guitarra en una mano

y el corazón del otro

con la brutalidad que te perdoné

cuando decis que no pisás pero usas zapatillas

botas todo lo que aplaste la hierba

tu marte y mimarte

tu arte y mi harte

todo licuado

en esos vasos que vaciamos

cuando todavía estabamos vacíos