Olivia Lindberg, Zárate, Bahía Blanca.

Estudiante de la Lic. en Psicopedagogía, Viedma 2023

Centro de estudiantes “La Güemes”, Secretaria de Cultura y Derechos Humanos.

El 24 de marzo de 1976, comenzaba en Argentina, la noche más oscura. Un golpe de estado militar que tuvo el apoyo de importantes sectores del poder de nuestro país, usurpó el gobierno. Las fuerzas armadas asumieron el poder político como representantes de las clásicas minorías a las que les era imposible acceder al gobierno por el voto popular. Rápidamente instauraron en nuestro país un modelo económico de endeudamiento, destrucción de la industria nacional y multiplicación de la pobreza, que solo beneficio a los sectores más ricos de la economía a quienes incluso se les estatizaron sus deudas.

Para ejecutar semejante plan de hambre y pobreza era necesario instaurar el terror. El estado ejecuto un plan genocida de tortura y desaparición forzada de personas. Se encarceló, violó y mató a 30 mil argentinos. Sustrajeron ilegalmente a bebés y se los privó de su identidad.

En medio de toda esa oscuridad, se encendió la luz que hasta el día de hoy persiste por toda la inmensa argentina con la misma fuerza, la de un grupo de madres y abuelas que transformaron ese dolor en amor y esperanza por algún día volverlos a ver. No reclaman venganza por los crímenes más atroces cometidos contra sus hijos, solo exigen memoria, verdad y justicia.

Nosotros bien podríamos ser hijos, tíos o sobrinos. Podríamos ser padres. Pero hoy, 47 años después, nos convoca el ser estudiantes. Estudiantes de una universidad pública que forman parte de un centro de estudiantes, el cual cuenta con 40 jóvenes, donde más de la mitad somos oriundos de otras provincias, que apostamos por una educación pública y gratuita. Somos estudiantes que recordamos lo que se llevó el pasado, lo que el gobierno de facto le hizo a nuestros pibes y pibas de toda la argentina, la marca atroz que dejó en cada uno de nosotros. Somos estudiantes que pensamos y repensamos nuevas formas en las cuales lo colectivo nos une y la memoria nos convoca siempre.

Hoy estamos acá, un poco más cerca de las madres, abuelas, hijas, nietas, y familiares de la comarca. Hoy estamos acá, representando a estudiantes universitarios que los van a abrazar para toda la vida. Hoy, yo se quien soy, mi madre también, y se quienes son mis compañeros con los que lucho día a día. Hoy se quien soy y sé que gran parte se los debo a ustedes, gracias por nunca dejar de luchar, por nunca dejar de buscarlos, por mostrarnos la verdadera historia.

y si el gracias no alcanza, y el abrazo no sacia

y si de luchar un segundo se cansan

esperamos que jamás se olviden, que nos enseñaron lo que es la plaza, el lugar donde podemos hacer un mundo un poco más justo.

Mañana tenemos la invitación más importante para quienes deseamos un país diferente. Marchar con ellas, por los que se llevó el pasado, por los que nos debe el presente, y por inventar el futuro, memoria verdad y justicia.