Dicen que para gestionar los sentimientos hay que escribir una carta, despues quemarla, despues seguir con la vida. Algo asi me gustaria hacer con mis pensamientos, no importa cuanto los queme, cuanto los combata, la cantidad de cosas que pueda hacer por distraerme de ellos. Siempre hay una voz en off diciendome que mi merecimiento es nulo. Siempre hubo otrxs que con su narcisismo han aparecido como un diablo sagaz a afirmar esa creencia, con el correr de lo años no solo la han afirmado sino que la han construido, nadie puede construirse en soledad. Luego asi como se quema el papel me han sabido decir que el problema es mio, que la carga es mia, que toda la mierda es solo mia y la vida ha continuado. No se, es lo unico de lo que puedo descreer en esta maraña de ideas, en esta lucha cotidiana por conquistar mi dignidad.
Si la vida te enseña a patadas quizas sea hora de aceptar esas patadas, vivir con el peso de esa bota como recuerdos que pujan por no desaparecer. Aquella sala de hospital vacia, mi esperanza de que venga quien me dijo que estaba en camino y nunca aparecio, el sentimiento de humillacion de sentir que ni eso soy digna de recibir. El puñal de unos ojos mirandome, y una carcajada burlona diciendome: «Si que pretendes? siempre fue un problema que me vean con vos». La mirada escudirridiza de alguien que avergonzado me suelta el brazo en una fila de un supermercado porque no puede permitirse mi imagen junto a la de el, ¿Que va a pensar el resto de la fila del supermercado si lo ven junto a mi?. Mi ilusion de que me vean bella, mi esfuerzo por parecerlo y que esa voz susurrante me diga: no intentes seducirme, si no tenes con que. Todo eso aparece en mi mente todo el tiempo, mientras quiero cocinarme algo rico, mientras me quiero bañar o sencillamente lavo mi ropa para que en esos pequeños actos mi integridad se vea reflejada. Es algo que siempre me aconsejan: hace cosas que te gusten, hace lo que tengas que hacer para sentirte bien. Si el pasado siempre esta ahi solo queda integrarlo a mi, desde que entendi eso incluso la angustia se me empezo a hacer mas liviana. Desde que entendi que vivimos en una sociedad que te arruina la identidad y despues te dice: «Bancatela» me senti mas libre de arruinar a otrxs, a esos que me han arruinado a mi.
Todo eso quisiera quemar, pero no se puede hacer con el papel lo que se ha roto en la vida, no se puede luchar contra algo que se agiganta cada vez mas. Si el otrx que me ve cree que soy un objeto desechable tiene el derecho a sentirlo, si el otrx que me ve siente verguenza de mi tiene derecho a sentirlo. Si yo no se que hay mas alla del autodesprecio, tengo derecho a protegerme.
Todo lo que habita en mi lo acepto
acepto incluso no lo que no soy y deberia ser.
Soy Oriana, habito los opuestos o más bien ellos me habitan a mi.
Me gusta escribir ✍ todo lo que pueda decir para que no se enquiste en mi. Compartire aquí lo que escribo, poemas míos, reseñas de lo que leo, opiniones, etc.
La palabra es mi fusil en la trinchera