Sociedad

El Opio de las mujeres

Mucha agua pasó debajo del puente de la opresion hacia las mujeres. Milenios, siglos de construccion de logicas perversas que nos posicionan en lugares disfrazados de pasividad y que ocultan infamia. Una de esas logicas, quizas la mas cinica en el entramado de nuestra subjetividad es el rol que ocupamos frente al deseo masculino. Un deseo que parece ser visto como un triunfo luego de tanto maltrato, o quizas un castigo. Segun que tipo de mujer seamos, seremos veneradas o no por ese deseo. Un deseo que si está hace que las mujeres soportemos, en nombre de ese amor mediocre que nos han vendido. Durante siglos han llamado musa a esa mujer que inspiraba hombres que la cosificaban, pero que las investian de un deseo perverso, que las enredaban en dinamicas masoquistas donde la mujer por aparente voluntad parecia aceptar el rol sumiso que le tocaba. Un deseo que si no está, es porque no somos dignas, porque somos debiles de caracter y por lo tanto, inferiores. El amor romantico siempre ha sido para las mujeres la tecnologia basica para instrumentalizar la opresion. Y en el camino, y en todo ese agua que corrió las mujeres nos hemos convertido en habiles maestras en eso de soportar el dolor.

«Porque esta herido» «Porque tiene un mal dia» «Porque las mujeres tenemos que sostener, entender y esperar. Esperar que un día nos traten bien».

La pregunta seria: ¿Como hacemos las mujeres para liberarnos de esa cadena opresiva que resulta del discurso del amor romantico? En ese camino nos han vendido soluciones magicas, con las mejores logicas de mercado. Una de ellas, quizas hoy la mas difundida es la del amor propio. Que no hace mas que inmiscuirnos de nuevo en ese bucle opresivo. Si te maltratan, es porque vos lo permitis. Si no te amas, no pretendas que te amen. Si no respetas tu vida, no pretendas que lo hagan. Y asi, las mujeres que hemos sido criadas en contextos disfuncionales nos encontramos siendo nuestras propias verdugas, diluyendo por completo la responsabilidad del maltrato que viene de a fuera.

¿Y entonces que hacemos? Bueno, un poco la respuesta creo que hay que buscarla desarticulando el deseo masculino como sinonimo de valor personal en las mujeres. Incluso cuando ese supuesto deseo lleva a los hombres al acoso, a la violencia, a la romantizacion obscena y perversa del maltrato.

Ninguna mujer deberia, en una sociedad realmente libre, crecer con el chip de que tenemos que sacrificarnos para que nos amen. Que tenemos que soportar, que tenemos que encajar en los canones del deseo del otro para ser dignas, incluso si eso requiere ser una distinta a lo que ya es.

Bipolar X

Soy Oriana, habito los opuestos o más bien ellos me habitan a mi. Me gusta escribir ✍ todo lo que pueda decir para que no se enquiste en mi. Compartire aquí lo que escribo, poemas míos, reseñas de lo que leo, opiniones, etc. La palabra es mi fusil en la trinchera

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