Nunca quise ser chiquita

Algo que acepté de mi estos años fueron mis tiempos para todo. Quizas esos tiempos no tengan un correlato con la realidad, con el ritmo que el mundo me exige. Pero aun asi, los reivindico.

«Apurate hija, la vida se va»

«Bueno, que se vaya o que venga, pero que sea con solemnidad»

No creo que nadie sepa con certeza cuando es que se va a morir, solo en ese instante es que la vida se va realmente. Y yo no me mezquino nada, nisiquiera el pesar.

Todo eso que no me dieron, vendrá multiplicado en multiples formas de combatir el autodesprecio. Comer, bañarme, limpiar, o simplemente sentarme a entender que no me falta nada mas que todo aquello que nos falta a todxs en esta sociedad.

Nunca creí en la importancia personal, es simplemente una trampa del ego y del capital. Pero esto tiene que ver con la autopreservación. No se puede ser funcional odiandose a si mismo, porque de esa misma funcionalidad dependen el techo y la comida.

Pero el amor escapa a esas logicas, hace agua a las logicas del mercado. Si me hice cada vez mas chiquita, encontrando cada vez mas lugares para esconderme

Para que no me vean

Para que no me veas

Y cuando me ves, no puedo.

Porque si me ven en tan semejante pequeñez no podre probar las mieles del valor y de la dignidad. Eso por lo menos me contaron, y a eso me acostumbré.

Lo que nunca te dicen es que el amor se entreteje en el tiempo y el esfuerzo que es hacerse del valor y dignidad. Asi se cuela el deseo, ese que hace de la mirada del otrx una seguridad de la vulnerabilidad. Por lo menos, pienso, eso pasa en una sociedad justa.

El amor es cuidado y afirmacion, por fuera de los entramados de soledad que te obligan a amarte sin mirar al otro. Porque si hay algo que quisiera que fuese real, es la posibilidad de construir la autopercepcion por mi misma y nada mas. Pero siempre hubo otros, narrando quien soy y que merezco.

Aun en ese camino, amo tanto a la humanidad que tengo la firme conviccion

Nadie puede empequeñerce si es amado.