Yo también quiero opinar

Tras la ventana, en el silencio del hogar, día tras día, semana tras semana, mes tras mes, uno no hace más que comer, leer,  escuchar, reflexionar…y de vez en cuando el hobbie solitario o compartido con algún amigo… porque uno tiene más de 70 y es vulnerable, joder…

Pero uno lee, se asombra, se atemoriza, se ilusiona, también se decepciona… y cuando el peso de las decepciones aplasta al escaso optimismo, la bronca primero y la melancolía después comienzan a aparecer .

Uno piensa en los hijos, los nietos, la familia en general, en los amigos… si podrá verlos, cuando… y si finalmente el drama algún día terminará.

Después de todo eso, de todo lo oído y leído, algo queda finalmente, sedimentado en alguna parte de la mente. He leído y escuchado tantas opiniones, y hoy yo también quiero opinar.

Preludio

El inescrutable SARS – CoV – 2, ataca a seres humanos, sobre todo a los más vulnerables, de manera silenciosa, sutil…

Este malicioso tío, de horrible aspecto, encuentra a sus futuros huéspedes inermes por carecer de defensas específicas, y además la singularidad de su comportamiento, más el desconocimiento que se tiene de él llevaron a la improvisación de medidas preventivas, “ como construyendo aviones en el aire.”

Se llegó a argumentar que inevitablemente el 60 % de la población mundial iba a contraer la enfermedad antes de que la pandemia se retirara y esa cifra denominada grotescamente “La inmunidad del rebaño o de la manada” era el destino final, con una aceptada tasa de mortalidad cercana al 2%…  y al hacer la cuenta, me derrumbaron las escalofriantes  cifras de enfermos y de muertos posibles. Menos mal que estudios posteriores, como el realizado por el MIT, (MIT Technology Review) sugirieron que esas cifras teóricas podrían ser del 50 %, y aún menores en publicaciones españolas. Pero llegar a esos porcentajes, aún sin cuarentena, se tardaría mucho tiempo, creo yo; y  ahora optimista pensé que una vacunación masiva acortaría los tiempos y el sufrimiento.

Los testeos mediante la técnica de PCR, y coadyuvada por la prueba sérica rápida pareció ser una herramienta formidable, pero claro: se usó mal, tardíamente y luego aparecieron las denuncias de corrupción en la compra y distribución… otra vez.

Las recomendaciones, que han ido desde medidas de protección personal, distancia social, y aislamiento como forma preventiva, sufrió la desnaturalización por múltiples razones, entre las cuales la fundamental ha sido las instrucciones contradictorias (A modo de ejemplo, recordar que el barbijo /tapaboca la OMS solo la recomendaba a enfermos y profesionales, nadie puede discutir eso porque yo mismo presté atención a sus miembros dando esos consejos)

El  prolongadisimo aislamiento social preventivo obligatorio en Argentina (ASPO), parecía ser una solución rápida, eficaz al principio, cuyo objetivo pretendía lograr una baja circulación viral, aplanar la curva epidémica el mayor tiempo posible, para evitar la saturación del sistema de salud, pero fracasó en sus objetivos. El paso siguiente: el Distanciamiento Preventivo Obligatorio (DISPO) sobre inicios de noviembre me da algo de temor por la precaria preparación de la gente, ante una nueva ola como la que se observa en europa; pero, en fin.

Todo ese tiempo  que ya ni recuerdo cuanto fue,la gente permaneció encerrada. Lamentablemente no se aprovechó para utilizar la más poderosa herramienta que la humanidad dispone, que es la educación.

El exceso de información a veces en sentidos contrarios, por parte de periodistas, profesionales no especialistas o especialistas desinformados, contribuyó más al empeoramiento de la situación. (tal como el presagio descripto en la novela Un Mundo Feliz, Aldous Huxley)

¿Qué opino yo sobre que piensa la sociedad del virus?

• Una parte de la sociedad no cree en el:

• Una mayoría cree en él, pero tiene fantasías,  ideas erróneas respecto a su origen o a su virulencia y desconfía de las soluciones posibles.

• Otra parte importante prioriza el daño económico sobre el sanitario

La moraleja de todo ello es:

El ENEMIGO PRINCIPAL NO ES EL VIRUS: ES LA IGNORANCIA

En mi parecer, la sociedad se comporta según entienda que es, y cómo actúa una epidemia y  actúa según esa creencia.

¿Porque la sociedad  tiene múltiples y variadas ideas sobre la pandemia?

1. Por la conducción dubitativa e ineficiente por parte del gobierno nacional.

2. Por los mensajes confusos, contradictorios y hasta erróneos por parte de las autoridades sanitarias.

3. Por el aislamiento prolongado, mal explicado y pobremente justificado.

4. Por las medidas diferentes según cada nivel de gobierno: las medidas nacionales difieren de las provinciales, que a su vez difieren de las municipales.

5. Por la avalancha de mensajes por los medios de comunicación masiva: según la opinión del conductor o la del encuestado, no siempre bien informado, no siempre bien intencionado.

6. Por la ola de rumores desencadenados por la falta de información precisa.

7. Por la inundación de teorías de conspiración y falsas divulgaciones (fake news): robo de identidad, dominio por la sinarquía mundial, plan de los Illuminati contemporáneos, proyecto de eliminación de parte de la población mundial, y otras denuncias conspirativas, como las surgidas del grupo QAnon, denunciando un caos mundial, iniciado en USA, según un análisis (A. Amarasingam y M.-A. Argentino CTC Sentinel 13 (7), 37–44; 2020 ).

La rápida propagación mundial de COVID-19 ha ido acompañada, según la opinión de la Organización Mundial de la Salud por falsas divulgaciones descritas como una “infodemia masiva”

Otra novedad: Las vacunas, que han sido una gran bendición para la raza humana erradicando enfermedades mortíferas como la Viruela y conteniendo a otras como la poliomielitis, sarampión, coqueluche, tétanos, etc. , y que una parte de la sociedad la declare enemiga, por confusas razones, es un despropósito, surgido de la ignorancia o de un mal intencionado divulgador.

Finalmente

El virus ingresa al ser humano por la nariz o la boca,  y no hay huésped intermediario comprobado… entonces: si la nariz y la boca (y quizás los ojos) de cada ciudadano está protegida de manera eficaz, el contagio no debería suceder. (Y si protegemos nuestros oídos con educación tampoco ingresarán las falsedades.)

Si pudiéramos colocar un traje de astronauta, a cada individuo, no habría circulación viral y eso es sería lo absoluto; pero si la metáfora del traje espacial la reemplazamos por proteger las zonas de riesgo como ojos, nariz y boca de manera eficiente, la circulación viral descendería significativamente. Si a eso le agregamos la distancia correcta y el comportamiento social y laboral adecuado estaríamos acercándonos al 100 % que provee el traje de astronauta; pero que fácil es decirlo.

La vacuna ayudará de manera clara a llegar muy rápidamente a la inmunidad del rebaño, hecho que de otro modo llevaría demasiado tiempo, aun dejando que la pandemia se comporte azarosamente, a costa de la desgarradora mortalidad que produce.  Se debe enseñar a la sociedad sobre los beneficiosos efectos de una vacuna efectiva de correcto diseño.

Pero nada podrá ser mejor que la estrategia de lograr un pueblo bien informado, educado, unido, y decidido a vencer el flagelo; para lo cual es necesaria la correcta conducción  de un gobierno convincente.

Después de toda ese ovillo de razonamientos desordenados,  me sacudo un poco, me siento, y una  ligera onda de optimismo  regresa a mi cabeza; entonces levanto los hombros y me digo:  «Bueno… la raza humana vencerá al flagelo finalmente, siempre pudo y esta vez… también podrá»

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