Prog. 17 –Manifiesto sobre la música. Parte II

La música semanda y se recibe como cualquier otro objeto de consumo:acompañamiento, entretenimiento, pasatiempo, marca deidentificación tribal. Pero no se considera arte a la música.

Pareciera que toda la música es algo como «música funcional» ese invento horrible de las cortes. Pareciera que la música es un telón de fondo que se adapta a necesidades productivas: hacer gimnasia, comprar, trabajar, relajarse después de trabajar, hacersociales.

Pareciera que la música no significara nada, que tuviera un sentido debilísimo. Parece que sirve de acompañamiento para cualquier cosa. Pero la música puede ser compleja, inteligente, con muchas posibilidades de ser interpetada. La intensidad, la complejidad, la inteligencia y la comprensión no son asuntos que le interesen al mercado, y tampoco parecen interesarle a los consumidores educados por ese mercado.

La intensidad, la complejidad, la inteligencia y la comprensión no son asuntos que le interesen al mercado, y tampoco parecen interesarle a los consumidores educados por ese mercado.

La música habla de su época en cada epoca, tiene inevitablemente el sentido del tiempo de su época. La música se ocupa, más que nada, del tiempo. La música es un intento humano de darle al tiempo sentido, de ordenarlo, decomprenderlo.

Y el tiempo existe porque nos vamos a morir. Si no estuvieramos todo el tiempo por morir no haríamos tiempo, ni arte. No haríamos música, no haríamos nada.



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Relámpago de Sémola, un artefacto sonoro filoso, hecho por Mauro Fernández y Leandro Retta.



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