Las canciones de García tienen muchas referencias al cine. A Charly le gusta el cine, le gusta por ejemplo Kubrick, que a mi no.
En la canción «Las increíbles aventuras del Sr. Tijeras» del disco «Pequeñas anécdotas sobre las instituciones» de 1975, hay una chica que se desnuda en una película, sale de la pantalla y el censor que la estaba mirando la acuesta sobre la alfombra, la toca y la besa pero no la nombra, se contiene, suda y después con sus tijeras plateadas le corta su cuerpo, le corta su cuero, deforma su cara, y así mutilada la lleva cargada a la pantalla justo a la mañana. Eso de que un personaje salga de la pantalla lo hizo mucho después Woody Allen.
Ahora me acuerdo que yo en el 77, en mi adolescencia, conocí a ese censor.
Lo conocí en una extraña excursión que hice por las redacciones de algunos medios de Buenos Aires. Paulino Tato se llamaba. Era petizo, usaba un traje gris oscuro medio sucio, se peinaba sus pocos pelos con gomina y me dio la mano en una oficina de la revista católica «Esquiú».
Se hizo famoso por su espantosa función, y años después cuando ya estaba muerto un actor hizo de él en otra (mala) peli.
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Relámpago de Sémola, un artefacto sonoro filoso, hecho por Mauro Fernández y Leandro Retta.
