Esbozo del novísimo universo
La filosofía pertenece a la especie de lo fantástico. Las inabarcables categorías de Hegel no son menos aplicables en los libros de Wells que en nuestra realidad. La metafísica, cuyo propósito es estudiar la realidad, desdibuja en descripciones y dimensiones ininteligibles nuestra percepción. Sumergirse en las sinuosas páginas que conforman la historia de la filosofía poco sirve para entender nuestra realidad.
Intentaré, con base en los principios filosóficos de Berkeley, algunas nociones pitagóricas y orientales de tiempo y espacio, y las concepciones de Schopenhauer sobre la voluntad y el orden, esbozar un nuevo universo. Trataré de ahondar en detalles sustanciales de este universo y describir la forma de vida y cognición que predomina en él.
Veamos cómo funciona nuestro universo, al que llamaré Voluntātem
Percepción y jerarquía
Todas las cosas existen en tanto son percibidas. La existencia de los seres, desde los más simples (inconscientes) hasta los más complejos (conscientes) están ligados a un acto de percepción que les otorga existencia. Mientras más sensible sea la percepción del ser, mayor es su entendimiento de la realidad. Los seres no perciben la realidad mediante sentidos aislados como nosotros, sino que todo es percibido por un único sentido supremo. Así, es común la sinestesia, y es posible «ver» sonidos, como soñó Rimbaud. Cuanto más desarrollado esté el sentido de percepción, mayor consciencia tendrá el ser. Esto es lo que separa a los seres conscientes e inconscientes. Los seres inconscientes tienen una percepción mínima, el grado mínimo que les permite su existencia, mientras que los seres conscientes son capaces de comprender la realidad en dimensiones más complejas.
Espacio y tiempo
El espacio es moldeado por la Voluntad y por la percepción de los seres conscientes. Las formas y las geometrías son variables según la posición de quien las percibiere. La distancia no existe; todo se encuentra al alcance de los sentidos. El tamaño de un objeto, su movimiento y su dirección, son mutables. Un ser consciente puede percibir la velocidad cardinal de un objeto de manera distinta al de otro ser consciente si se encuentra en otro espacio.
El tiempo, al igual que la realidad, también existe subordinado a la percepción. No existe una linealidad temporal fija. Existen causas que pertenecen al futuro y consecuencias al pasado. Así, un «suceso» solo existe y solo tiene forma en la memoria y entendimiento de los seres conscientes. La evolución de la Voluntad determina los cambios y eventos temporales. La compleja red temporal crea un oleaje en donde los eventos se conectan y se afectan entre sí. Un patrón de tiempo, que dura, en la percepción de un ser consciente, una hora humana, puede durar sesenta horas para otro ser consciente. Cada cifra, en términos del álgebra, se puede dividir en un infinito número de cifras que contempla la primera cifra. El tiempo no es uniforme, y la realidad temporal es un módulo de la Voluntad.
Voluntad
La Voluntad es el orden. Es el principio creador y motor de la existencia. Todos los seres perciben por un motivo de Voluntad superior e inmanente, que determina su sensibilidad, los jerarquiza y posiciona en el mundo como seres conscientes e inconscientes. La Voluntad es el impulso vital de los seres. La Voluntad es perfecta y eterna, y es la fuerza motriz del universo. Todas las cosas, hasta los seres inconscientes, expresan una forma de Voluntad. Ulterior a la percepción, la Voluntad es la que guía y ordena la existencia de todos los seres. Subyace un principio de Voluntad también en los eventos; el tiempo se rige por la subjetividad del ser consciente que percibe, pero a su vez esta percepción está secretamente guiada por la Voluntad. La Voluntad no es un ser superior, es la fuerza que guía los seres. Y, sin embargo, es común a todos, y persigue el mismo propósito para todos. La Voluntad es la forma más real del panteísmo.
Algunas consideraciones
¿Qué tan distinto es Voluntātem de nuestro universo?
Me atrevería a afirmar que no mucho. Los principios filosóficos que utilicé para erigir Voluntātem ciertamente son útiles para el género fantástico. Sin embargo, unidos, han definido una forma más de nuestra realidad. También nosotros definimos la realidad según nuestra percepción, también nosotros actuamos según una voluntad secretamente común. Creo ―y, por esto, sé que es real― que Schopenhauer escribió: «somos creadores de la terrible realidad que habitamos».
Noviembre-diciembre, 2023