Nadé en tus ojos volcán
Y vi pasar los trenes.
Dormí en la orilla de tus manos,
Y ahora iré a contar lunares por estrellas.
Nada me interesa sin ternura.
Pido un deseo cuando sonreís.
En los oleajes del pensamiento,
siempre regreso a donde estés.
No te ausentes de este lado sin saber que te espero.
Si pudiera tu voz aclarar el cielo de Abril,
una vez más, es silencio lo que no miras.
Nada puedo sin ternura,
Pido un deseo siempre, siempre que me sonreís.