Cuando te deslizaste hacia adentro no preguntaste

nada que causara incomodidades

Viste esa fila de patitos de ule salirse

y no atinaste 

a invadir mi privacidad 

preguntando quién o dónde 

Cuando entraste yo te dije por mi propia voluntad: 

«Es que tengo muchas cosas escondidas

en el canal de la vagina» 

Y respondiste «Me imagino,

una plaza de juegos es el lugar

de los bebés perfectos» 

Por eso sonreí en lo inmediato 

echando

la cabeza para atrás 

porque lo habías descubierto

Tantos años apostando a la fuerza 

de un solo hombre blando

y en menos 

de lo que canta un gallo 

nombres nuevos tallaron tus dedos 

en la sopa de letras de mi útero

y dos óvulos desearon 

en lo inmediato ser fecundados

con la convicción de tus palabras, 

hombre fuerte y barbado