Después plantamos el limonero
haciendo con una pala
un agujero en el patio
Removimos la tierra
a unos metros
de donde faltaban construir
los cimientos de nuestra casa
Me acuerdo que nuestras uñas
se ensuciaron
y se pegotearon nuestras frentes
– dije muchas cosas
mientras limpiaba tu transpiración
con el dorso de mi mano: una
fue «te amo»-
Cuando llegó el momento crítico
de devolver a su lugar
la tierra apaleada,
para tapar la semilla
pensé por un segundo si sería posible que
un árbol plantado
con tanto amor en las manos
pudiera, año tras año
ofrecernos bebés en lugar de limones
para así tener cada verano
un nuevo hijo entre las puertas