Toda mi vida cuelga 

del péndulo de mis ovarios,

esos dos amigos míos 

que sostienen todo lo que me pasa

Ellos son la verdadera 

balanza de mis días, 

aunque a veces tengan la culpa 

de mis desbordes emocionales

Los amo, son todo 

para lo que fui creada

son la excusa perfecta de un choque, 

entre uno y otra, 

una ruptura folicular 

que impacta justo en la mente 

para decirme: 

Ahora es el tiempo 

de la leona vespertina, 

del caudaloso sexo que busca busca 

ser fecundado a la vez 

que impedido 

y termina siempre estallando

en la nada menstrual

Toda mi vida cuelga 

del péndulo de mis ovarios,

esos dos buenos amigos, 

explican lo que me pasa