Mariposas sangrando en toneladas de barro

Llave de hielo en la roca amarilla

Medallón de luz atravesando el crisol

Soledad de tenerte, soledad de perderte.

Espejo regodeado de miseria

Muestra tu cara, la mía y la de todos

¡Con qué estupor me despierta este encuentro!

¡Con qué ternura me prestas tu sombra!

Río a carcajadas con las manos cortadas

Mi corazón respira en llanto.

Nos escondemos del Sol

La piel no existe,

las almas se penetran una a otra

La pequeña muerte nos viene a buscar.

Tu risa envenena al viento

Mi espada sigue guardada

Ajena a todo este remolino que siento

No estás acá, no estoy acá

Soledad de tenerte, soledad de perderte