el hospital lleno de gente muriendo y gritando

mi último movimiento fue una mala idea,

por esta habitación ya pasaron varias personas

una chica menor que yo (que creí ver morir)

me pregunta por mi hijo

pensó que estabamos en maternidad, 

me habla de sobrepoblación. 

Redención: mis zapatillas sin cordones y la lapicera revisada, 

cada borde redondeado; estoy desarmada.

Que forma impune de arrancarte el suero 

y dejarme revisar la habitación de al lado,

te juro que ellos solo limpiaban, no hablamos.

No me acuerdo la hora, la anote en mi brazo.

Chequeo:

las dos teniamos las caras con sangre

y las vías arrancadas,

no me pareció terrible.

té con azúcar

(y no puede ser que por primera vez)

tengo miedo

Cartel gigante en cada uno de los sueros, pecamos de oportunistas e hipocondriacas y vos decís que ellos de desconfiados, lo único legible y común es RELIVERAN, escribieron mal tu nombre.