Anoche tuve un sueño
caminaba por un bosque.
Lo sentía todo a mi alrededor:
los árboles
la brisa
los animales…
De repente
no podía moverme.
Mis pies estaban aferrados al suelo,
de mis dedos salían raíces
se enroscaban con otras
me mantenían firme en mi lugar.
Mis brazos fueron convirtiéndose
en ramas extensas
que acariciaban
y recibían visitas
de hermosos pajaritos
que se posaban en mí para descansar.
Las luciérnagas me envolvían
se arremolinaban cerca de mí
me decían
«no tengas miedo,
todo va a estar bien,
nosotras te acompañamos».
Y les creí
me sentí
tranquila
acompañada
amada
protegida.
Entonces
lo sentí:
el fuego se acercaba.
Consumía todo a mi alrededor.
Los animalitos huían
pero los árboles
permanecíamos
inmóviles
desesperados
entregados
inevitablemente
a la muerte.