Soy extranjera
en mi propio cuerpo.
Todo lo vivo
y todo lo siento
con distancia.
Habito
mi cuerpo
como si fuera
una morada
extraña
ajena
prestada.
No sé
cómo habitarlo
realmente,
no sé
cómo sentirlo
propio.
Kilómetros
de piel
de músculos
de huesos
ríos de sangre
y de agua
y nada es mío
nada me pertenece.
Me siento
como una hormiga
que recorre
una isla.
Intento encontrar
huecos
recovecos
desconocidos
para sentirlos propios,
pero ni siquiera así
puedo sentirme
dueña de mí misma.
No sé
cómo apropiarme
de mí
cómo sentirme
viva
cómo sentir
que me pertenezco
y no que pertenezco
a Otrxs
imaginarixs
Siento
que mi cuerpo
le pertenece
a todo el mundo
menos a mí
Le pertenece
al capitalismo
a la industria
a los estereotipos
a las multinacionales
a las personas
que me rodean
a las que conozco
y a las que no también
porque todxs
hacen de mi cuerpo
algo que yo no quiero que sea
porque todxs
construyen sobre él
como si les perteneciera
como si yo no fuera nada
como si yo no existiera
como si yo no tuviera autonomía
como si yo no tuviera decisión
como si yo me sintiera cómoda con eso
pero no puedo expresar
cuán incómoda me siento
porque no sé cómo hacerlo
no sé cómo apropiarme de mí
no sé cómo sentirme cómoda
no sé cómo sentirme bien
no sé cómo quererme
no sé cómo aceptarme
no sé cómo habitarme
no sé cómo cuidarme
no sé cómo dejar de ser una extranjera
no sé cómo escapar
no sé cómo salir
porque soy extranjera en mi propio cuerpo
pero también soy prisionera de él
porque no puedo abandonarlo
no puedo romperlo para huir
de todo lo que me hace sentir
y tampoco puede entrar nadie
a salvarme.
Esta lucha es mía.