Regalame este tango,
resolvé mis enigmas,
mi cintura designa
que la enganche tu mano.
Este baile, tan sano,
si me das la consigna
y tu cuerpo me asigna
cada paso que damos
podré verte cortando
como un punto la línea
por cual se deslizan
mis zapatos livianos.
Regalame este tango
que tus brazos me abrochen,
que mis damas de noche
ya se están despertando.
Que se escuchen mis tacos,
permitime este goce,
que tu rostro me roce
sin llegar a tus labios.
Que el calor del verano
por mi piel desemboque
y que el ritmo destroce
el estrés hacinado.
Regalame este tango
que me siento perdida,
que me sienta en Regina,
como hogar este abrazo.
Cual Gardel en sus trazos
aquietame esta herida
todo, todo se olvida
si hoy es mío tu amparo.
Podés ser hoy el faro
que me guíe a la pista
y llevarme cual brisa
por las teclas de un piano.
Regalame este tango
que por hoy sos mi cura,
concedeme dulzura
con tus ojos tan claros.
Ya imagino un manzano
y aunque quede inconclusa
esta noche profusa
no hacen falta flechazos,
si a olvidar estos pasos
mis memorias rehúsan
hablaré con mis musas
que no duermen temprano.
Regalame este tango
por mis noches en vela,
si querés yo te llevo
por mis versos que vuelan.
Regalame este tango,
que a las cuerdas sensibles
acarician los miles
de cantores llorando.
Regalame este tango,
no va a ser un problema,
tal vez sólo algún día
te regale un poema.
Que me lleven las aguas
como el mar a los barcos
concedeme esta pieza,
regalame este tango.
Ilustraciones: María Paz Cavasin. Ig: @maipypaz_