Perdí, si, perdí la cuenta de tantas veces persistir en sostenerte, y de algún modo sosteniéndome también.
De igual manera así se vivía el amor en el cual viví por mucho tiempo.
Ese amor que solo sabia dar y creía que,
en algún momento,
podría llegar a recibir.
Aca estoy ahora, me encuentro solo con el recuerdo,
acariciando tu cabello y vos,
dándome tu última mirada, como si fuese el fin.
Y hoy, no me extraña a mí, se extraña ella cuando estaba conmigo.
No me extraña a mí, extraña como la hacía sentir.
No me extraña a mí, extraña lo que yo le daba.
No me extraña a mí.