Del mito al logos

O porque siempre quedaba

en el fondo de la alacena

entre unas 8 de mejor morfología,

o porque todos solemos usar las mismas 5

de la casa materna

que se van rompiendo o rasgando

con esas líneas arácnidas de la senectud de una vajilla,

o porque somos cada vez menos

en la familia

y hay algunas que nadie usa nunca,

o porque tiene como un borde

que alguien dijo que si metés al microondas explota;

La uso con confianza gallarda

después de 25 años, quizás 27

y tomo sorbo a sorbo

un café con leche espumoso

de la taza

que un alumno favorito le regaló a mi madre y dice:

Este jarro se autodestruirá

si no es usado

exclusivamente

por una MAESTRA

que es una genia.

4 comentarios en “Del mito al logos”

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