Literatura

Liviandad

I

Tantas cosas ha atravesado mi cuerpo,

inimaginables momentos

donde la luminosidad casi le hacía presencia

a la oscuridad de lo eterno.

  

Pero sin preámbulos,

el fuego corría hacia la salida

deseando escapar 

del incesante ardor,

  

haciendo sonar 

con cada paso

las brasas que caían 

pesadas 

y quedaban detrás 

  

[detrás mío]

  

Allí me encontraba yo,

indescriptible imagen de puro temor,

enemiga de la claridad,

aire que respirás

y la misma tierra que pisas

  

extendiendo mis brazos

para recibirlo

  

[para recibirme]

  

y encerrarlo

  

[encerrarme]

  

en ese hueco repleto de luz fría

que encandilaba su visión

y tan solo expresaba en su férvido rostro

alivio.

  

II

afirman los libros 

que la melodía

al final sí corresponde

al ritmo de mi corazón

y mucho más mis palabras

  

y al final de duras cuentas

siempre sincronicé ese fulgor

con el de 

mis propios latidos

  

porque la realidad es que 

siempre fuimos uno:

Ignición pura,

carnífice que extiende 

su calor a todo aquello que lo rodea

  

ni más ni menos que

Ser Fuego.

Antonella Gonzalez Niz

melómana

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