Había una vez un niño llamado Matías. Un día después de clases, otros niños le querían pegar por no pasarles la tarea. Matías corrió hacia un bosque, se perdió y no sabia como volver. Se encontró un caballo muy hermoso, se acercó, lo tocó y se hicieron muy buenos amigos. Después de viajar por una hora se encontraron con un perro, que resultó ser el suyo. Matías estaba muy feliz ya que estaba seguro que su perro sabía el camino a casa. Su alegría duró poco porque luego de caminar varias horas Matías se dio cuenta que su perro también estaba perdido. Se estaba haciendo de noche y hacia frio, tenían que buscar donde dormir. El caballo conocía el bosque y los guio a un lugar seguro .
Al otro día salieron bien temprano en busca del camino a casa. Luego de caminar unas horas encontraron un claro en el bosque, donde había una cabaña. Se acercaron y vieron que no había nadie. Matías decidió entrar y ver si era seguro quedarse ahí. Vio que había comida para un mes y decidió que se quedarían ahí esperando a que los rescaten.
