Sentirse viejo

Uno tarda mucho hasta  sentirse viejo porque es difícil abandonar aquello con lo que primero nos identificamos, o sea: ser jóvenes. Si fuera al revés y  naciéramos viejos y poco a poco fuéramos rejuveneciendo, nos costaría sentirnos jóvenes . Diríamos : «La verdad es que yo no me siento joven pero tengo que admitir que ya no soy viejo:  antes, al  levantarme  me dolía todo, hoy me acuesto totalmente borracho y amanezco  nuevo, como si nada». La progresiva pérdida de habilidades y derechos que supondría  volverse un niño y hacia el final un bebé tendría su correlato con la vejez tal cual la experimentamos. Más  allá de todo esto,  poco importa la dirección porque, al revés,  el principal problema seguiría siendo el mismo: antes del nacimiento hay lo mismo que después de la muerte.

2 comentarios en “Sentirse viejo”

  1. Los viejos y los borrachos experimentan la misma muerte cerebral que los niños. La reeditan. Se copian. Deben ser sinónimos, metafísicamente hablando.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll al inicio