Rulete generó tantas pasiones que en acto de agradecimiento repartió coronas de espinas y bebió coronas de espinaca. Atravesado por la duda — y por el acidez estomacal — decidió ponerse al día con la monografía de anarquismos. Como faraón se sintió naturalmente aludido por la temática impuesta por el conocido profesor Ignominias Florales, experto en letras mudas y bisexualidad potencial.