Todo iba bien, estaba en paz,

estancada la verdad.

En fracción de segundos, todo

se derrumbó

en oscuridad.

Dejo de sentir mi cuerpo

como propio.

Todo se desaparece,

yo no soy yo.

Caigo kilómetros en el

vacío, la nada

existencial.

Ya no quiero volver,

sin control.

Ironía, sigo luchando,

ahogada en mí.

Intento respirar,

el peso muerto no se siente

tan mal

si lo dejo de intentar.

Pero es incómodo, somete.

Todo acabó,

nada importa.

Busco mi propia luz.

Soy el faro

agotado.