BIOGRAFÍA:
Nombre: Wall.
Edad estimada: 22 años.
Vive hace ya tiempo en el bosque ‘‘Archipiélago’’.
Sus padres eran famosos comerciantes que iban de una punta a otra hasta llegar a
terrenos desconocidos, y este bosque era el mejor de los destinos, entonces, se quedaron. No
había nadie allí por lo que su estadía fue corta, pero lo suficientemente larga para que Wall
naciera y fuese criado hasta la edad de la razón. Entonces, sus padres lo dejaron porque
aparentemente era una carga para ellos y hacía tener a estos famosos comerciantes una »mala
reputación».
COMPORTAMIENTOS:
Wall camina feliz entre los árboles, siempre rodeando el río por miedo a caerse. Me
muestra los frutos extraños que come. Su juego, su hacer más »divertido», según él, consiste en
juntar dos palos y hacer fuego; de hecho, hicimos ayer una competencia en la que el primero
que lograba la primera chispa, ganaba y era éste el que debía cazar y cocinar al momento del
hambre. Esto último es muy interesante, puesto que no tiene un ‘‘horario’’, sino que son su
instinto y su deseo los que guían sus acciones, no está condicionado por comerciantes o
vendedores que deciden que esto o aquello es mejor que esto otro.
Pienso innumerables veces en traerlo conmigo, pero inmediatamente pienso que eso es
lo peor que podía hacerle: ¿por qué querer tratar de racionalizar a un hombre que ya ha creado
su propio tipo de razón?
Todo está a su servicio y, sin embargo, respeta su alrededor. Tiene sus reglas, es él
quien las hace y no las rompe; jamás creí que un ser humano iba a tener consciencia tal de su
creación e iba a respetar sus propios límites. Estas ‘‘reglas» que según él son la vida, consisten
en las siguientes cosas:
1. Sólo deben comerse animales que no midan lo mismo que el hombre (es decir él
mismo), porque quienes están a la misma altura en el campo visual ven la realidad de la misma
manera y por esto son iguales, hermanos.
2. Antes de casar a un animal debe uno mirarlo a los ojos, ya que estos darán la certeza
de si es sano comerlo, es decir, hacerlo parte de uno mismo.
3. Las estrellas no deben apagarse nunca, como sí lo hace el sol, puesto que es menester
dar luz a los animales que trabajan en la noche.
4. El río es malvado, de acercarse uno perdería la noción de la vida que experimenta y
eso produciría un camino más luminoso que el sol, pero que solo sería capaz de atravesarse en
la noche y esto sería peligroso.
5. Los animales con garras dejan las últimas palabras grabadas en los cadáveres y de
ser encontrados, consumirlos para satisfacer el hambre sería un pecado, porque se estaría uno
comiendo/asumiendo una voluntad que no le corresponde.
6. Es menester mirar a los pájaros desde que el sol aparece, hasta que toca con la punta
el horizonte si se quiere aprender a volar.
Estas palabras no son exactamente las que Wall utiliza para describir sus hábitos, sin
embargo, para la generalidad del entendimiento parecen las más propicias. Pero más allá de las
diferencias y elecciones léxico gramaticales que se puedan utilizar, es importante recalcar que,
aun así, no es una vida fácil, porque el invierno es extremadamente frío y el sol quema si los
árboles no llegan a tiempo en su más absoluto esplendor verde.
Wall se refugia dentro de troncos o en pequeñas ‘‘chozas’’ de ramas y piedras que arma
y desarma según sea necesario, como bien le habían enseñado sus padres.
Esta tarde compartimos intereses y tratamos de responder preguntas: ‘‘¿Por qué esto
dura más que esto otro?’’ o ‘‘¿Existiría este mundo sin nosotros en él?’’, etc.
CONCLUSIONES:
Podría decirse que Wall, que hoy debería tener veintitrés años, pasó el resto de su
infancia y toda su adolescencia en el bosque, sólo, rodeado de pájaros, árboles y un río, al que
nunca se atrevió a meterse porque sus padres le advertían que, de sumergirse en él, todo
cambiaría, todo sería más claro y eso lo perjudicaría. Por esto Wall se aseaba y bebía del agua
de las torrenciales tormentas de las mañanas en el bosque.
El día que conocí a Wall me replanteé verdaderamente mi profesión: al ver sus
condiciones creí que nunca iba a poder llegar a conocer, a interpretar, estudiar su mundo. Es
decir, su mundo es tan vasto que reducirlo a una cuestión científicamente parecía absurdo.
TíTULO DEL TRABAJO: ‘‘Wall: informe de un hombre natural’’.