Hace
tanto
viento Zonda
que mi voz se perfora,
se pierde en la penumbra de tierra encantada.
Algunas palabras
se
escapan
mis sentidos se queman en la consciencia del mundo.
Es enero
Hace tanto calor que mis labios caen como pétalos resecos,
el mundo está en llamas pero yo también.
***
Se buscan ecos que me sirvan de alivio.
***
Hubo una mañana en la que despertamos enredados entre las sábanas de un hotel cualquiera
amando los días
creyendo en la unión de nuestros cuerpos hasta volvernos infinitos.
Esa mañana me preparaste café, me olvidé por completo del mundo para refugiarme en otro, me perdí para encontrar la verdad envuelta entre tu ropa.
En esta hora ausente en este tiempo que dejó de ser tiempo te recuerdo más que nunca
no con amor
no con dolor
con lejanía
como el recuerdo del mar que se llevó las últimas palabras de Alfonsina.
-Ya no quiero ver los muros que nos separan- oír tu melodía en la voz del viento.
Ya no quiero recordarte como quien recuerda la primera vez que amó, con dolor-sin saber amar sabiendo lastimar.
Te quiero acá entre mis piernas invisibles, de nada, de margaritas incendiadas por el fuego de tu encendedor.
Te busco desde mi herida, desde mi infancia, desde el primer poema
que
escribí
Hoy prefiero contarle esas anécdotas al cielo, al río, a la vida que se sumerge en mis sueños azules.
◇◇
a la vida sin vos.
¿Realmente existo?