Mucho se habla del primer amor, del amor que viene a salvarte de un corazón roto, del amor después del amor y casi siempre son vinculos sentimentales entre 2 personas. Sin embargo, ¿Que hay del otro tipo de amor? Me acuerdo que la primera vez que sentí un amor profundo fue cuando me regalaron a un ser vivo muy pequeño y peludito, las personas que la rescataron la llamaron Atún, nunca le cambié el nombre porque una gatita tan especial y única en el planeta, debería tener también un nombre especial y único para un gato. Ella llegó a mi vida en mi peor momento, recuerdo que me sentía tan sola, desorientada, no me gustaba nada de mi. ¿Cómo un ser vivo tan hermoso, elegante y único era capaz de amarme tanto? ¿Eso realmente es posible? Ella con sus juegos, caricias, comportamientos despertó en mí algo que no pensé que existía, algo que creí imposible de sentir, amor. Ella fue el amor que llegó a salvarme de un corazón roto, ella llegó a salvarme de mi misma.
Cuando llegó Coco, podría decirse que estuve esperando tanto tiempo por ella. Siempre supe que mi proxima mascota después de Atún se llamaría Coco. Un día estaba en Facebook y me encuentro con un aviso de gatitos en adopción, fue cuando la vi. Sentí el amor a primera vista, la vi con tanta ternura y creció en mi un instinto protector que nunca creí tener. Me contacté con la persona y acordamos el día de entrega. Cuando la recibí en mis brazos, era tan pequeña, estaba cuierta de pulgas que llegué a sacarle una por una hasta que quedó completamente limpia. Le di leche en viverón porque la destetaron muy rápido y cada momento con ella sentí mucho amor y cuidado. ¿Como es que estos seres vivos son capaces de amarnos? me dije a mi misma mientras que le seguia dando el biberón. El tiempo pasó rápido, Coco creció, ya no era una bebé, ahora ya no se deja acariciar por nadie, su manera de demostrar amor es observándome desde lejos, sin embargo los deseos de querer abrazarla son más fuertes, ella ahora parece entender ya que deja que la cargue de vez en cuando. Me di cuenta que así como las personas, los gatos también tienen diferentes formas de decirte «Te amo», «Me importas».
Por otro lado, la historia de Lucky (mi tercer gatito) es más loca. Antes de mudarme al depa en el que estoy ahora, la última noche desperté con los maullidos de un gatito. Al principio me alarmé porque pensé que era Coco o Atún pero ellas dormian a los pies de mi cama. Cuando salgo al patio me encuentro a un adorable gatito de color gris, gordito y muy asustado. Lo cargué, le di de comer y lo llevé al veterinario. El doctor me dijo que estaba en perfectas condiciones y que probablemente lo dejaron a su suerte. Me negué a que esto último sea verdad, así que coloqupe avisos, pregunté a vecinos y nadie reclamaba al gatito. Decidí quedarmelo y lo llamé Lucky ya que es un gatito con mucha suerte. Él a comparación con Atún y Coco, es un gatito muy nervioso pero intuitivo. Cada que me siento mal y lo abrazo es como si me dijera «Todo estará bien».
Ellos me enseñaron paciencia, amor, respeto, admiración, responsabilidad, entre muchas otras cosas más; y a pesar de que ahora estoy en un momento de mi vida en el que estoy muy bien conmigo misma, me sigo haciendo la misma pregunta: ¿Cómo es posible que seres tan mágicos sean capaces de amar a un ser humano común como yo? Esto solo me hace llegar a la conclusión de que todos somos dignos de amor, un amor puro, sincero, sano y respetuoso como lo es el amor de un gato.