nunca pude sentirme cómoda en este cuerpo mío 

tan quejoso, dolorido, desparejo 

yo no creo que alguien haya girado su cabeza para mirarme

si conquisté a alguien

alguna vez

no fue por mí cuerpo 

sino por lo que hago con él 

lo bueno de este cuerpo mío

tan quejoso, doloroso y desparejo

(años me costó entenderlo)

son las cosas que me deja hacer: 

con estas dos manos siempre frías acaricie a los animales que se me acercaban en busca de calor 

mis ojos me dejan llorar

también distinguen la gama de colores hermosa e infinita y se sorprenden ante la naturaleza creativa y eterna 

mi pecho siempre fue el refugio el nido la almohada el pañuelo de las personas que abrazaba 

mis piernas que de adolescente odiaba acomplejada

terminaron salvandome porque me llevaron siempre lejos

alguna vez, hasta la cumbre de alguna montaña 

los elementos que hacen a mí cuerpo no son secundarios: mí voz, mi manera de abrazar, mi estatura, la forma de mis uñas, mis lunares

todo es hermoso y me perdono 

porque en realidad

mi cuerpo no vale nada no sirve para nada

sólo cobra sentido cuando otros lo hacen vivir

cuando otros lo nombran

lo desean

lo extrañan.