HumorLiteratura

Concerning Tobacco

Niños de treinta años,

pretenden enseñarme lo que es un buen habano.

A mí, que nunca aprendí a fumar, pero siempre fumé;

a mí, que vine al mundo pidiendo fuego.

A mí, que desde que sé caminar

jamás tropecé.

A mí, que jamás corrí un colectivo

pero siempre llegué a tiempo a todas partes. 

A mí, que al preguntarme los mozos

qué tipo de cerveza quiero, si prefiero

dulce, amarga, tostada o frutal, siempre les respondí:

fría.

A mí que empecé a salir

a los siete años.

A mí que viví mil cuatrocientos cincuenta y seis fines de semana

sin perder el control en ninguno.

A mí, que robé los preservativos de mis viejos

justo antes de que concibieran a mi único hermano.

A mí, que salí del útero bailando

y cuando las enfermeras dejaron la sala, prendí un cigarrillo.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *