To Phie

 

I was never meant to be a writer.

I was meant to be born in

the darkest part

of the Middle Ages,

from a little village nested

on some old-as-hell floppy mountain,

summoned to fight

the wars of the bourgeoisie. Tied by

an «on the bread-line» salary,

a shovel, a hoe (or two) and a tirelessly working

farmer girl

named something stupendously common like:

Josephine.

Pregnant with a child I would never meet

when it was my time to go die for

the opulent dreams of some blonde

inbreeds.

Short of sight, so no archery,

I would’ve been sensible enough

to die a quick death

on some forgettable frontline

surrounded by some close

last-night-earnings-thrown-to-the-wind

«comradees»,

and not from cholera or syphilis,

with enough acquaintances,

to carry the news back home,

having some chubby baby called

(as shamelessly as I was)

something or other:

Cristianson.

  

  

A Fi

   

No se suponía que fuera escritor.

Debí haber nacido en

la parte más oscura

de la Edad Media,

en un pequeño pueblito anidado

en alguna blanda montaña como-el-infierno-de-vieja,

llamado a luchar

las guerras de la burguesía. Atado a

un salario «en la línea de la pobreza»,

una pala, una azada (o dos) y una incansablemente trabajadora

campesina

llamada algo estupendamente común como:

Josefina.

Embarazada de un hijo que a conocer no llegaría

cuando llegara mi momento de ir a morir por

los opulentos sueños de algunos rubios

«endogamistas».

Corto de vista, así que nada de arquería,

hubiera sido lo suficientemente sensato

como para morir una muerte rápida

en algún olvidable frente

rodeado por algunos cercanos

lo-ganado-la-noche-anterior-tirado-al-viento

«camaraditas»,

y no por cólera o sífilis,

con suficientes conocidos

como para llevar las noticias de vuelta a casa,

siendo algún regordete bebé llamado

(tan descaradamente como yo lo fui)

algo así por el estilo de:

hijo-de-Cris.