Las tardes ya saben a canela
la espuma del mar se ha convertido en la de café
las nubes grises me hablan de ti
dicen que de a ratos te habita la tristeza, pero sonríes
y tus ojos se hacen tan pequeños que tapan todo tu pesar.
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Los colores acuarelas de verano se han esfumado
para abrirle paso a los atardeceres saturados de naranja
mis ojos te buscan en cada esquina que camino
apreciarte a lo lejos me alivia la pena.
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Tarareo canciones a capela para distraer a mis pensamientos
quedé agobiada cuando vi sus dedos acariciar tus mejillas
yo te esperaba con los brazos abiertos y el corazón en la mano
ahora no me queda más remedio que hacerte poesía
y rezar para que tu rostro se convierta en alguien a quien ya no recuerdo.
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Dejé de pasar las noches en vela pensándote
porque me despierto contigo dentro de mis sueños abrazándome
y ese rato el mundo ya no se siente tan oscuro
me reconforta saber que allí sí me querías.
–
A esta historia ya no le queda secuela
algo que nunca empezó no puede tener una segunda parte
y eso fuimos tú y yo, cariño
una introducción a una novela que nunca fue escrita.