Poemas de junio – uno ajeno, uno mío

Para este mes una chica de twitter armó un challenge que implicaba postear un poema cada día de junio de acuerdo a la temática propuesta de ese día. Me la juego que quien lea esto va a saber de qué hablo, o bien porque llegó acá por mi instagram o bien porque es ávidx lector de TFK y encontró por acá la movida. 

Bueno, la cosa es que yo venía posteando como una campeona poema tras poema en mi instagram hasta que un par de opiniones me desmotivaron y paré una semana. Pero ya no >:( , así que voy a dejar dos poemas: uno ajeno y uno mío. Casi como para hacer que estoy al nivel de Juan Gelman.

Día 17: un poema que te hace llorar

Anclao en París de Juan Gelman

Al que extraño es al viejo león del zoo,

siempre tomábamos café en el Bois de Bolougne,

me contaba sus aventuras en Rhodesia del Sur

pero mentía, era evidente que nunca se había movido del Sahara

De todos modos me encantaba su elegancia 

su manera de encogerse de hombros ante las pequeñeces de la vida,

miraba a los franceses por la ventana del café y decía

«los idiotas hacen hijos»

Los dos o tres cazadores ingleses que se había comido

le provocaban malos recuerdos y aún melancolía

«las cosas que uno hace para vivir» reflexionaba mirándose la melena en el espejo del café

Sí, lo extraño mucho,

nunca pagaba la consumición,

pero indicaba la propina a dejar

y los mozos lo saludaban con especial deferencia

Nos despedíamos a la orilla del crepúsculo,

él regresaba al son bureau, como decía, 

no sin antes advertirme con una pata en mi hombro

«ten cuidado, hijo mío, con el París nocturno»

Lo extraño mucho verdaderamente,

sus ojos se llenaban a veces de desierto

pero sabía callar como un hermano

cuando emocionado, emocionado,

yo le hablaba de Carlitos Gardel

Día 19: un poema sobre amor

Rinoplastía por mí <3

Sos mi sueño hegemónico. Mi anhelo de amor correspondido. Mi popurrí de palabras difíciles para que suene más literario. No sé bien qué es eso, pero vos sos mi novela favorita. Te leo y te releo, y sueño que venís y me querés. Nuestros hijos, ¿tendrán tu nariz? O voy ahorrando, mejor, así no se empoderan pero por lo menos se adueñan de un cacho de hegemonía. 

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