(Imagen de un graffiti visto en San Juan)
— Yo no quiero tener un hijo puto. Yo no quiero tener una hija lesbiana. Quiero tener un hijo médico, ingeniero, licenciado. Quiero tener una hija licenciada, profesora, ingeniera. Pero no gay.
— ¿Qué va a decir la gente? Estás tirando tu esfuerzo a la basura, nadie te va a contratar.
— No hagas eso, ¿querés que la gente piense que sos puto? No te vistas así, pareces lesbiana.
Soy puto. Reputo. Maricón. Gay. También soy Juan. Juan el trolo. Y soy médico. Doctor Puto. Puto Juan Doctor.
Soy torta. Lesbiana, marimacho, tortillera, desviada. Soy María y soy ingeniera. Era obvio, ingeniera y torta. María machona, Ingeniera Torta, María la lesbiana.
Si soy tantas cosas, ¿por qué importa tanto que sea puto? Si no soy sólo mi título, si no soy solo hija, si no soy sólo amiga, ¿por qué parece que sólo soy torta?
Nota: no es mi intención invisibilizar a ninguna identidad disidente/LGBTQI+. Es un relato ficticio que seguramente es trasladable a otras identidades de la diversidad.