El célebre concepto, el «casi algo».
Siempre me pareció curioso, ¿cómo alguien podría permitirse danzar tanto tiempo en el umbral de lo que pudo ser?. No lo comprendía hasta que me tocó vivirlo.
Ahora, escribo esto entre lágrimas que reflejan un «quizás», lágrimas llenas de incertidumbre y la tentación de preguntarte: «Si algo hubiese sido diferente, ¿todo sería distinto ahora?».
No entiendo cómo pasó; prometí jamás verme sometida a este tipo de romance, el romance impreciso, angustiante, ambivalente.
Quizás la próxima vez aprenda a ser más prudente.