mamá, perdóname
perdóname, el jardín está muriendo
está muriendo porque no lo cuido
ya no paso tiempo en él leyendo un libro
también es verano, pero no lo riego
y sé que la lluvia semanal
no es excusa para mi descuido

al despertar
temo por el jardín
temo por sus plantas
temo que desaparezcan
temo que no quede rastro alguno
de tu existencia en las macetas

las abejas ya no se acercan
hace mucho no acechan mi cuerpo
y temo que al mojar una flor
un pétalo caiga rendido
por falta de amor

mamá, perdóname 
nunca supe amar

no le hablo a las plantas
y los cactus solitarios intentan persistir
pero están amarillos
y no comprendo
cómo sobreviven en el desierto
¿existen si nadie los mira?
al jardín lo veo todos los días
por la ventana de la cocina
y papá lo ve desde su habitación
pero nadie lo riega

a veces te encuentro en mis sueños
porque sueño con todos los que quiero
y me pregunto:
¿sabes que ya no estás?
pero miro tus ojos
que se van borrando
y leo que lo sabes
pero preferís pretender
darme unos segundos
en la falsedad de mis anhelos

mamá, perdóname
sé que sería tan fácil
salir y regarlas
pero no puedo
estoy congelada adentro
y nadie puede;
papá me dice que las riegue
entonces le digo a Micaela
y Micaela le dice a Jazmín
y Jazmín le dice a Elena
que apenas te recuerda
y ella con un balde de playa las ahoga
hasta la próxima lluvia

perdóname
por querer que las plantas entren
rompan el vidrio de la cocina
se metan en la canilla
y tomen lo que necesiten
porque en casa nadie puede
pero no hay luz que las atraiga
no hay ser
que por voluntad
quiera vivir en esta casa
sin tu presencia