yo ya no esperaba bondad del mundo
y sin embargo sé donde estás antes de abrir los ojos
dejamos caer cada uno de nuestros huesos
hasta que el frío del invierno cede al calor
y tu mano que me buscaba bailando,
que más tarde me traía una taza de té a la cama,
tu mano que calentaba mi corazón para pasar la noche,
hoy me pone el pelo detrás de la oreja –buen día–
y mi cara presta su braille diseñado sólo para que lo entiendan tus dedos,
expertos en la lingüística de la ternura
yo entregada al sol de tu mano
con la mía no trato de escribir máximas sobre el amor
no sé cómo lo vivirán otras personas
sólo intento dar crónica de una mañana
sólo quiero decir: con esta vida, en este mundo, yo tengo un amor feliz
y el único dolor que conozco
es abandonar la calidez de un par de sábanas y pelo enredado
para salir a la luz del sol, al reloj del mundo
guardando con fuerza en el puño mi sóla seguridad
recordando a cada paso que el hecho único y más importante tiene lugar todos los días:
soy amada por vos