pinte un cuadro nuestro y quiero que lo destruyamos juntos
que lo tiremos al fuego
porque es capaz de matarnos
o, aún peor, de revivirnos
porque conocemos la imposibilidad de la desmemoria
y la historia del mar, que está lleno de personas que amaron demasiado
y el sentimiento de la des-caricia, como una manta que se nos escapa volando en el día más frío de la historia
solo queda tirar el cuadro al fuego y correr
– no confundir el ruido de los vidrios rotos con tu risa –
solo queda poner la cara de odette al final del lago de los cisnes
y esperar que saltes atrás mío