He cambiado.
He cambiado, gracias a Dios
(o a pesar de éste).
Soy otro,
el otro me ha cambiado,
la otredad
que rompe mi ethos,
que se aparece como un dios o un esclavo,
como un rostro desesperado,
cambió la lógica de mi ser.
A pesar de los otros,
he cambiado,
a pesar del pasado,
de Zenón y mis padres,
a pesar del río que no cambia,
he cambiado.
Hoy he cambiado.
Hoy soy el otro.