Una se cansa

de abrir el pecho

para que tomen lo que hay o lo poco que queda

sin pedir nada a cambio 

más que un hueco por donde entrar

a escondidas

para llorar un rato

y darse cuenta que ni siquiera eso

«Las putas no lloran» «las putas no besan»

«Las putas no piden amor»

Y tirón de pelo y ya está.

-Limpiate un poco y abrime

que me ahogo entre tanta nada que sos-.

Una se cansa todo el tiempo

del trabajo del sexo del deseo

de la poesía de las palabras

como si sirviera de algo

como si la poesía abrazara

como si se pudiera decir algo 

como si se escuchara

como si hubiera diferencia

entre la puta que escribe y el poema.

Metete las palabras y el poema por el culo

limpiate un poco

«y después seguí bailando».



*Fotografía de María Alcantarilla incluida en la antología ‘El cielo de abajo’.