el sol de la tarde
siempre me pide que estés:
que sonrías
que me jodas
que me quiera enojar
que me hagas cosquillas
y desista de todo tipo de corazas.
el sol del ocaso
siempre te reclama:
tu hombro
tus manos
tus miradas
tus palabras.
tu amor.
la luna de la madrugada
ruega que, por favor, no te vayas.
que sigas acariciándome
que desbarates mi pelo
que sonrías
que miremos una peli
que nos hagamos más mimos
que me sigas dejando
quedarme en tu corazón.
el solcito de la mañana
pide que vuelvas
por si querés ir a desayunar.