Buscaba lo imposible, no lo posible,

por eso cuando me dijo que sí

le dije que no.

Mi corazón hacía tun tun cada vez más duro,

bombeaba respuestas por orificios pequeños.

Se suponen otras salidas

más saludables, menos daño a uno mismo,

pero crecí sin madre;

el amor llegaba espaciado y

no alcanzaba a cuajar

de manera adecuada.