Estoy en el patio sentado contra una pared y veo el lugar donde próximamente habrà una huerta.

Ayer vi unos videos en youtube sobre el trabajo de los microorganismos para que los residuos se transformen en materia fértil. La justa proporción de calor y humedad para que eso suceda
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El sábado llamè a mi papà para ver como està. Mi papà es grande y tiene una huerta. Me cuesta hablar con mi papà porque nunca tuvimos temas en común, pero en lo que va de cuarentena, hablè con èl màs de lo que hablè en toda la vida
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Hace rato no salgo a comprar porque me di cuenta que con lo poco que hay en casa nos alcanza, y no es necesario comprar tantas cosas
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La policía no lo sabe pero cada tanto violo la cuarentena. En realidad no la violo, solo le administro la letra chica. Me cruzo enfrente, pateo unos penales con mi sobrino y me vuelvo. Cada tanto también se me escapa un abrazo fuerte a mis sobrinos.

De esta salimos entre todos dice la gente, y me gusta la frase si no fuese que fue creada hace menos de un mes
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Algún alto mando de la OMS ya debe estar negociando la vacuna con algún laboratorio y se estarán relamiendo por lo grande de la torta

Los líderes mundiales son pobres tipos y es un buen momento para darse cuenta. El británico se burla del virus y termina enfermo, el de Estados Unidos manda a morir màs gente que a Irak. El màs sensato es el nuestro y eso siempre nos asombra
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Es impresionante que el suelo se regenere solo con los residuos, y los bichos y el nitrógeno y el carbono hagan el trabajo duro. El compost despuès tiene olor a tierra rica, nada de olor a sucio. Para què metemos tanto la mano nosotros me pregunto.

Yo podría ser en mi familia la generación no sè cuanto de agricultores , pero todo lo aprendì ahora de youtube. Si llamo a mi papà y le comento eso, seguro me va a decir que esos no saben nada.

El sol de otoño me da en el medio y recuerdo que anoche leì del pangolín (bicho con pinta de bueno) y el murciélago (bicho con pinta de malo). Y virus transportados por animales y virus creados en laboratorios, y las complicaciones de la ganadería industrial para tener tanto pollo y chancho junto, y las enfermedades y las mutaciones provenientes de allì. Y los diarios despejando la idea del laboratorio, y nadie hablando del asunto. Prendì la tele y me sumè al mundial de muertes donde Argentina sigue ganando. Por eso ahora decido mirar solo el cuadrado de tierra enfrente mìo y que ella me diga còmo funcionan las cosas.

Salvar la economía nunca lo entendí. Nunca jamàs entendí a ningún economista. En el 2001 habìa un índice llamado riesgo país, el índice se movìa y en casa había la misma cantidad de comida inependientemente de la variación del número. Los países que dependemos de políticas financieras de afuera, siempre colapsamos cada cierta cantidad de años. Me tiene sin cuidado el llamado al miedo de las posibles y recurrentes mal llamadas crisis, como si toda la vida uno debiera estar con el culo entre las manos para seguir el juego a los de arriba. El pobre es pobre y el rico siempre gana, con virus o sin virus. Y la clase media somos (bueno, nunca se sabe què somos ni què carajo queremos). Debe haber otra forma de concebir las cosas. En què momento quedó todo tan armado e incuestionable. En què momento quedó todo tan inaccesible.

A veces llamo a mi papà y se le nota un poco de miedo, y eso nos acerca un poco màs. Yo toda la vida tuve un poco de miedo.

En Nueva York es imposible meterlos adentro. Las libertades individuales , entendidas para la mierda, son el gran logro de nuestra descendencia cultural comprada a la fuerza. Gente corriendo por el Central Park, como si al morir los esperara un shopping en el màs allà que los reconfortara por cumplir hasta el último dìa con la lógica de vida impuesta . En Parìs, la ciudad màs cara del mundo, los departamentos tienen 20 metros cuadrados y la cuarentena es màs peligrosa que cualquier virus ( las paradojas me causan mucha gracia).

Cada tanto vuelvo al celu, siempre vuelvo al celu como cualquier mortal , y me dejo llevar por la telaraña. Sobra información y sobran muchas cosas por todos lados. Siempre me asombran todas las cosas que sobran, las cosas que de tanto haber no son nada.

Caen como moscas en el mundo. Caen los viejos ricos de la Lombardìa y me da una sensación rara: no deberían morir los ricos que juntaron dinero toda su vida para poder sentarse de grandes por las tardes en cualquier lugar del mundo a tomar un aperitivo tranquilos. Caen como moscas, caemos como moscas y nadie se mete verdaderamente con las causas. Nadie se pregunta por què cada persona en el mundo està luchando contra un mal que no ha generado . Le pegan a la gente en los barrios pobres por incumplir una norma estatal, cuando ellos nunca jamàs viajaron al exterior, y cuando hasta hace un mes el Estado era un miembro ajeno a esos barrios.

Miro el cuadrado y comienzo a sacar el césped de arriba. Cuesta mucho y me duelen las manos. Siempre mi trabajo es con la cabeza y no sè maniobrar mi cuerpo. Nadie me enseñò a unir lo cerebral y lo corporal. Cuando saco el césped quiero remover la primer capa de suelo, pero encuentro solo piedra, arena y màs piedra. Pero no importa, tengo tiempo. Desestimo los videos de you tube con millones de vistos, donde alguien tiene la receta para cosechar una planta de lechuga en menos de un mes. No quiero eso.

Hoy me volvió a dar el sol de abril justo en el medio…

Y me fui con lapicera, cuaderno y silla al medio del patio. Pienso que si alguien me preguntara si en algún momento de mi vida hubiese querido pasar el mes de abril en mi casa yo le diría que sí. Para mí todo pasó en abril: aunque haya pasado en otro mes todo lo que recuerdo de mi vida lo asocio a abril. Cada mañana me levanto y oigo el sonido de los pájaros (con algo de culpa por no estar produciendo a la hora indicada); entonces enseguida prendo la computadora para hacer algo; eso me borra la culpa: prender la computadora. A los docentes nos gusta sumarnos a la lógica de las buenas intenciones; de eso se trata la docencia, de buenas intenciones. Nos gusta inflar el mito urbano de la vocación docente (como si yo pudiera exigirle al panadero que tenga vocación cuando hace las facturas mal dispuesto). Aún cuando tenemos el tiempo suficiente para pensar verdaderamente la educación, nos dedicamos a tapar el sol con las manos. Y hacer cosas: siempre hay que hacer cosas, y muchas si es posible. Dicen que si el mundo no arranca en unos días todo se desploma. Dicen que la base de la economía son los pequeños negocios y que si ellos no arrancan la rueda no camina. Y yo pienso: si una persona dedicó toda su vida al trabajo, y ante una eventualidad no puede parar una semana, el problema es grande. Si una persona llegó a grande y no tiene su casa, y debe arriesgarse a un virus para pagar un mes de alquiler, el problema es más grande. Si en el centro de la ciudad chica en la que vivo hay cuatro casas de crédito y solo una rotisería el problema es muy grande.

-Como personas no sabemos ahorrar, gastamos más de lo que tenemos- arrancó la conversación ayer mi viejo cuando lo llamé para ver como estaba. También me contó de un tano que en sus primeros años en el país, llamó sorprendido a los suyos para decirle que acá en Argentina se le daba pan a los caballos.

Con mi hermano debatimos siempre la concepción personal del dinero, y él me hace aprender mucho: yo sigo con la lógica de que el dinero es sucio y enturbia las relaciones. De adolescente odiaba las discusiones caseras en torno al dinero (igual de adolescentes hay como una necesidad de enojarse con todo). Mi hermano me dijo que si el dinero no es el fin último, la ecuación cambia. Y ahora me interesan demasiado las historias de jóvenes emprendedores, como por ejemplo las de los nerd millonarios de Silicon Valley, a quienes hasta hace poco tenía en mi lista negra, por considerarlos váyase a saber qué cosa.