“LO QUE HE ENTENDIDO ME PARECE EXCELENTE, Y ASI DEBE SER LO QUE NO HE ENTENDIDO”.
Con esta frase, con que Sócrates le responde a Eurípides acerca de su opinión sobre un texto de Heráclito, resumo la sensación que me dejó leer la “Fenomenología del Espíritu” de Hegel. Coinciden varios intérpretes y acabo de experimentarlo, que este libro somete al lector a una fuerte tensión mental en cada una de sus 500 páginas. Al cabo de las cuales, maravillosamente se aclara el pensamiento. Lo considero un éxito personal, un saldo positivo de la Cuarentena. Ya que tengo este libro desde hace unos 25 años y nunca pude pasar de unas cuantas páginas. ¿Por qué? Pues, porque demanda un tiempo importante, en este caso varias semanas, y una concentración que no habría podido conseguir sin contar con unas 5 horas diarias de trabajo mental.
Cabe aquí la famosa sentencia de Aristóteles según la cual: “Las raíces de la Instrucción son amargas, pero sus frutos son dulces.” Aun así, me doy cuenta de que el botín final debe ser magro en consideración a lo que de esta gran obra se puede sacar. Y no dudo que habrá quien me ayude a completar la carga. Podría escribir unas 100 páginas con mis impresiones. Pero en honor a la síntesis necesaria para obtener algo de atención aquí. Solo daré algunas conclusiones ultra sintéticas. Aquellos que compartan la pasión por el pensamiento hegeliano, saben dónde ubicarme.
1.- Me doy cuenta de que muchos de los que citan este Libro, y aun la obra total de Hegel, incluyendo a celebres teóricos de distintas disciplinas:
A.- No lo han leído. O han sacado conclusiones a través de comentaristas.
B.- Lo han leído y no lo han comprendido, o lo han hecho parcialmente.
C.- Lo han utilizado como base argumentativa, extrayendo quirúrgicamente de su inmenso fresco filosófico, las figuras (Gestalten) convenientes a sus tesis.
2.- Ahora que finalmente pude terminar con este libro, al que comencé a leer unas 50 veces, me veo en la obligación de declarar que casi todas las grandes figuras del pensamiento moderno, Marx, Husserl, Heidegger, incluso las que no son hegelianas: Sartre, Derrida, Focault, Freud, Ponty, Etc. Han debido extraer forzosamente conceptos del pensamiento de Hegel para sus respectivas obras. Y sobre todo de esta: Su Fenomenología del Espíritu. (Aquí pongo el pecho para una controversia). Incluiré además las prefiguraciones, que se desprenden de su descripción de la actividad del Espíritu, que encuentro en: Nietzche (La muerte de Dios), en El “Principio de Incertidumbre” de Heisemberg (el intelecto modifica el resultado con su intervención), y Toda “fenomenología de la percepción” de la psicología posterior.
3.- La Fenomenología del Espíritu es una obra sobre: “La Ciencia de la Experiencia de la Conciencia”. Una tesis sobre la Vida del Espíritu como un absoluto Universal del cual TODO forma parte. Y que se hace por su actividad; sujeto concreto en el ser humano y su Historia. Hegel produce una incisión profunda en la Estructura de la Realidad, y describe sus aspectos abstractos como parte inescindible de ella, sin separarla de la experiencia humana como es el caso del Idealismo de Platón que separa esta Realidad en dos y cuya conexión general se reduce a una participación abstracta, una representación, o copia en el mundo sensible del mundo de la Ideas. No obstante Hegel no dejará de aprovechar a Platón, sigue el derrotero del Conocimiento según el ateniense: como una especie de ascensión por categorías desde la Opinión a la Sabiduría Absoluta.
4.- HEGEL No postula como alguna vez se ha dicho: una teología, ni un misticismo. Sino que halla en todos los fenómenos de la Naturaleza y de la sociedad, aspectos esenciales de naturaleza universal. Estos adquieren existencia a través de la acción del intelecto que reside en la Autoconciencia como parte esencial de un TODO que se implica en la creación de la realidad. No en el sentido del primer Motor inmóvil de Aristóteles, sino en la forma de una consustanciación del hombre, del sujeto concreto que a la vez es “parte determinada” de lo Universal junto con el Espíritu Absoluto.
5.- LA DIALECTICA HEGELIANA conocida como: una TESIS, a la cual se le enfrenta una ANTITESIS que da por resultado una SINTESIS. No ES el combate entre dos posturas distintas, o dos seres distintos. Es el paso de la Conciencia de una naturaleza a otra, que posteriormente se eleva al Concepto; palabra clave en toda la filosofía Hegeliana: “Las cosas solo poseen verdad como Conceptos”. La Conciencia tiene diversas figuras en tanto cumple diversas tareas, es asimismo objeto negado que se vuelve Autoconciencia para darse a sí misma la naturaleza Universal. Por eso en Hegel, lo Absoluto significa que TODO, Absolutamente TODO, tiene un devenir dialectico. Desde una manzana, un sentimiento, hasta el Espíritu mismo en sus múltiples formas. Lo Contrapuesto en Hegel no es lo distinto por su substancia, sino por su esencia, es el trabajo que realizan las distintas figuras que asume la Conciencia; la de “ser para otro” de la Conciencia cuando va a la Cosa sensible (Cualquier ente, persona o materia) en relación al “Ser para sí” de esa misma Conciencia (que ahora es Autoconciencia) cuando extrae mediante su reflexión la esencia de la Cosa o lo que contiene de universal , para darle carácter de sujeto conocido, al objeto estudiado.
La Reflexión como acto de la conciencia está caracterizada por Hegel como lo negativo. Es el acto de la autoconciencia que aprehende al Objeto en sí misma para hallar en él su esencia y convertirlo en Sujeto. De esta “negación”, que es un acto intelectivo, a veces se entiende que surge la idea de una destrucción del Objeto, en tanto es solo descarnarlo de sus propiedades sensibles para descubrirle su entidad Universal, su esencia, su concepto. La Cosa “en sí”, percibida por los sentidos tiene una existencia particular que son sus propiedades (Color, tamaño, Forma) y tiene naturaleza Universal (Lo que le da identidad, nombre, lo vuelve conocible) Esta naturaleza Universal, está afectada por una contradicción que es la de ser a su vez un objeto particular ya sea material o abstracto. Es lo que la Dialéctica quiere resolver. Esta Tesis, Antítesis y Síntesis, NO ES un juego de entes que se contraponen como dos substancias distintas, sino que son momentos de una misma que se superan y se contienen unos dentro del otro. La Síntesis no es el descarte de un momento por otro, sino la reunión de éstos en un momento superador. El mismo Hegel dirá: “Este Movimiento dialectico que la Conciencia ejecuta sobre sí misma, tanto en su saber cómo en su objeto…. Es, en rigor: lo que se denomina experiencia”. Experiencia en este caso es también Historia y Evolución: La conciencia experimenta la Existencia. Y así Hegel, va trazando una Historia de la conciencia humana desde su más incipiente forma: la certeza sensible en el conocimiento directo a través de los sentidos, la Percepción de lo que es construcción social e impersonal, hasta el Saber Absoluto de la Filosofía especulativa. Se puede resumir la Dialéctica de la Realidad en:
TESIS: primer momento, o lo subjetivo;
ANTITESIS: segundo momento, o lo Objetivo;
SINTESIS: Lo Absoluto.
La Dialéctica realiza una permanente Síntesis entre los momentos de “Acto” y “Potencia”. Son las huellas de Aristóteles en la Fenomenología. También Heráclito puede asomar la nariz en Hegel. Heráclito no conocía la palabra: “Dialéctica”, pero en su: “Movimiento, engarce y complejidad del devenir”, podemos hallar una raíz de la explicación del cambio. Y claro está, en sus “Lecciones sobre la Filosofía de la Historia Universal”, directamente Hegel se refiere como prefigurando su “Espíritu Universal”, al “NOUS” de Anaxágoras: la Inteligencia del Mundo.
6.- La mayor preocupación de la Filosofía, desde los griegos en adelante, es definir el concepto del SER. Aquí no voy a ahondar porque no me da el cuero. Solo diré que todas las cosas poseen Ser, y es lo que nos permite conocerlas. Para Hegel esta es la primera categoría del pensamiento. De esta deben deducirse las restantes o no habrá explicación rigurosa para el resto. Y esta explicación debe necesariamente ser Lógica o no habrá conocimiento posible. Las categorías, después de que Kant las enunciara, son las herramientas del pensar para intentar conocer la realidad. Kant las clasificaba y eran doce. Para Hegel son muchas más. Y es en parte lo agotador de leer este libro. Sin embargo, Hegel no considera que estas categorías sean solo invención humana, sino de existencia objetiva y en todo caso no se las descubre, sino que se las explica. El rigor del método será entonces exponer cómo todas las categorías se desprenden de aquella primera. Ya que el Ser debe ser necesariamente anterior a todo, y lo universal anterior a lo particular. La idea de SER, tradicionalmente ha excluido la de: NO SER. Es el Principio de Identidad. Pero el SER es un concepto vacío, y por ello es entonces también: la NADA. Asimismo, la NADA, a su vez, tiene su SER: Ser la Nada. El movimiento entre el SER y la NADA es la clave de la que se desprende la Dialéctica. Porque el SER llevaría consigo a su opuesto negativo el NO SER, y este NO SER a su vez al SER. El tránsito de un momento a otro es el DEVENIR. Este es el punto. Aquí comienza todo. Finalmente Heráclito y Parménides se reconcilian. Y aquello que era un claro delito para la Lógica, perpetrado contra el principio de No Contradicción es ahora el logro intelectual que posiciona a Hegel como el más grande pensador de nuestra época. De otro modo, lo infinito no podría contener lo finito, ni lo Universal a lo particular. Deben ser necesariamente co-esenciales. Las cosas pueden ser ahora Idénticas y contradictorias, y esto ocurrir en distintos momentos y a la vez. El Ser y la Nada comparten su naturaleza de vaciedad, de conceptos puros, pero luego el Ser significa lo diametralmente opuesto a la Nada. Hegel no niega el Principio de No Contradicción, sino que lo resuelve, El SER y la NADA no son sustancialmente lo mismo, pero son determinados por su opuesto. Esta determinación viene de contener cada concepto “en sí”, a su negativo. La raíz de esta supuesta contradicción es la diferencia que existe entre el Pensamiento y la Razón. El Pensamiento se resiste a aceptar la contradicción, pero entonces esa resistencia lleva a la razón a resolverla en una síntesis superior, que se dará en la unidad de los opuestos. Y eso es Ley para todo lo existente.
7.- La Teoría del Estado en Hegel es la concreción de la acción del Espíritu del pueblo, su devenir en la forma de una conciencia social que se materializa en esta institución. Es el espíritu del pueblo en su momento histórico. La Historia es la historia del desenvolvimiento de este Espíritu en el tiempo. Por ello recorre en su aprendizaje distintas formas y tiene distintos desarrollos en los que se va incluyendo la actividad religiosa, artística, y demás factores de cohesión social. En la dialéctica del Amo y el esclavo, una metáfora desde luego, se describe la lucha de la autoconciencia por ser reconocida como tal. Pero este reconocimiento solo puede venir de otra autoconciencia, de otro igual. La afirmación de una representa la destrucción de la otra, salvo que una de estas se resigne a darse por vencida y reconozca la prevalencia de su antagónica para salvar su vida. Una vez realizado este duelo a muerte, la autoconciencia triunfadora podrá erigirse en Amo, en tanto la vencida se declara esclava y sierva de aquella. Sin embargo la conciencia esclava al no poder recibir el reconocimiento de la autoconciencia en el poder, volcara su actividad a convertir al trabajo, en tanto creación, en su espejo y goce por cuanto es su actividad la que transforma al mundo y le da su aspecto. Esta batalla se desata en toda la realidad y sobre todo en el interior de cada uno. La postulación de lo Absoluto y una descripción objetiva del problema de la Propiedad, han hecho que algunos ideólogos tomen a Hegel como propiciador de teorías Absolutistas, de Estados totalitarios. Nada más alejado por cuanto es ferviente defensor de los ideales de la Revolución Francesa en particular y de la Libertad en general. Para Hegel lo Absoluto es siempre un RESULTADO, es la Actualidad del espíritu. La suma de las experiencias hasta el momento en que se lo piensa. Pero…. Dejemos pasar el tiempo. Las grandes transformaciones del mundo, pueden dar un giro copernicano a nuestra visión del mundo actual, sobre todo en lo político y en lo económico. Y en aquel recodo del camino seguramente estará Hegel esperándonos.
8.- La Religión en Hegel es un tema muy delicado de explicar. No es algo trascendental, que mora en algún sitio misterioso e ininteligible. Es totalmente humana y su deidad, si la hubiera, es el Espíritu, no como forma separada de la existencia humana sino incluida en ella, desparramada en la Autoconciencia humana y actualizada permanentemente en todo acaecer de la vida diaria. Así para los seres inteligentes como para el resto de la naturaleza. Todos somos el Espíritu. AHORA INTERPRETO YO, para no poner en Los dichos del gran filósofo lo que a mí me parece: Hegel Ama la religión Helénica a la que considera superior humanísticamente, en tanto el positivismo de la religión cristiana la vuelve una religión de la desigualdad, del poder y de la avaricia. Una Religión que prepara al Individuo para ser humillado y sometido “Así en el cielo como en la Tierra”. Inferior a aquella permanente rebeldía e inconformismo que los antiguos griegos tenían para con sus dioses. No por nada el Mundo vivió en la mayor oscuridad y el mayor terror en el Medioevo, cuando en términos reales, fue el de mayor poder y esplendor del cristianismo. Y solo recuperó para el ser humano el potente hontanar de la creación artística, política, y filosófica al redescubrir en el Renacimiento a los antiguos filósofos Griegos. Muchos han dicho de Hegel, que es el detractor embozado del Cristianismo. Sin embargo el Cristianismo para Hegel es un paso más del proceso histórico, es “la conciencia infeliz”, y eso obra como justificación. Claro que una Filosofía que coloca a la Razón en el cenit de la existencia universal, lógicamente chocara con la superstición y el oscurantismo de la Iglesia, muy acusado en aquellos días del siglo XIX. De todos modos, a pesar de que el esfuerzo de la Filosofía ha sido siempre “Explicar al Universo”, Hegel toma distancia de este objetivo, y no intenta encontrar una CAUSA, sino una RAZON que explique su desenvolvimiento (y aquí vemos a Spinoza espiar por la rendija).
Como último atrevimiento; me arriesgo a decir que a Hegel y su explicación de la realidad, hay que buscarlo más en la Lógica que en la Metafísica. La Metafísica, como relato acerca del origen de lo existente queda (por ahora) implícitamente para el reino de la FE. Y hasta aquí llego. Porque se pone más denso y se pierde la mente. El doloroso y empinado camino que lleva a entender a Hegel, tiene como espinas del paisaje a su propia terminología, a su vocabulario insólito, a veces críptico, pero que aun así, es la única vía apropiada y la más sintética para expresar sus Ideas. Hablar de más podría apartarnos de la Verdad. Los comentaristas cuando quieren explicarlo, muchas veces no tienen otro remedio que transcribir extensos párrafos, y aun páginas enteras de esta obra, algo que ya es difícil de asimilar.
(Daniel Muñoz. Junio de 2020)
Comentarista de literatura clásica, de la historia y de la historia de la Filosofía. Autor de «Manual de Ordenanzas de Obras Públicas» y de «El Humor de los Sabios».
El extravío de Kierkegaard en el caballero de la fe le impidió valorar la «mediación» como acceso al absoluto. Pretendió conseguirlo con una suspensión de lo ético ante lo absoluto. Pero Hegel lo vino advertir: sin ética no conseguimos lo absoluto. No hay pues camino distinto que el que ha señalado Hegel: la figura del ser se da en la esquematización de lo cuantificable y lo cualificable en la «relación» que va de lo que es esta cosa a lo que es para sí esa cosa que sólo se da en la abstracción del concepto
Gracias Hugo por tu excelente comentario. Al respecto sólo diré que Kuerkegaard como filósofo de la subjetividad de ponía a sí mismo en un plano de dificultad para entender lo absoluto. Gracias por visitar esta merituosa página y leer mi artículo.