Ya no puedo escribir,
todo se siente igual.
Ni los pensamientos son claros,
ni las drogas son placenteras.
En estos momentos hasta el sexo se volvió insípido:
los cuerpos desnudos en mi cama
los siento tan sin vida, me desagradan.
.
Sumamente patético cambiamos cualidad por cantidad
Lo efímero hoy es vivir en cantidades y no en profundidad,
es ir en línea recta haciendo muchos hoyos en vez de cavar profundo.
Hacemos del «carpe diem» la negación de la vida,
nuestro eslogan.
Puro capital.
.
Maldito nihilismo a veces regresas por mucho tiempo
y es difícil desapegarse de ti,
convivir contigo.
Te aferras como un parásito a mi cuerpo,
eres como ese hígado mítico
que nace todos los días para que no devoren.
Eres como la piedra de Sísifo.
Eres los decadentes que ríen de las creyentes.
Cínico.
.
La mirada se pierde en las nubes,
la belleza del ser no alcanza
para esta existencia decadente.
El nihilismo se aferra al cuerpo
como las garrapatas a un perro.
¿Y entonces?
No es el peso de nuestra existencia
el que nos atormenta, sino su levedad
dice Kundera.
¿Y entonces?
Dos formas del insomnio y La dicha de Borges
¿Y entonces?
Ojalá deseemos regresar eternamente.
¿Y entonces?
Ojalá la vida sea un eterno retorno.
*Imagen: Desintegración de la Persistencia de la memoria (1954) de Salvador Dalí.
Escribo sobre escenarios posibles. Pero en el fondo siempre escribo sobre lo mismo.