Una vez te escribí un poema
Toda la gente que lo leyó
Dijo que era hermoso
Empieza con «ayer dijiste que no querías verme más»
Qué pena saber que nunca lo vas a leer
Que no vas a oír mis palabras pronunciándolo
Que no vas a ver la consumación de un acto de creación
del que fuiste inspiración poiética.
.
Yo no tuve la culpa
Vos tampoco la tenés
El problema fue habitar
Eso que estaba entre nos
Ese espacio vacío entre vos y yo
Ese «entre» que nos rodeaba
Ese «entre»
Ese entre tu pelo y mi mano acariciándolo,
Acariciando tu rostro
Un entre tu respiración y mi oreja en tu pecho
Escuchando tus latidos,
Que a veces coincidían con los míos
Un entre nunca próximo siempre distante
Que muchas veces intentamos llenar
Con palabras
Pero como siempre el lenguaje no alcanza,
-De nuevo la misma mierda-
.
Nuestro lenguaje siempre fue de carne y huesos.
No había lugar para otras cosas
Intentamos también llenarlo con silencio
Y fue aún peor, lo rompimos todo
Como el tiempo
Y de paso traicionamos a Cioran y a Beethoven en el mismo momento.
.
Tengo que confesar este poema no es el original,
el que me vino a la mente y recitaba
Cuando caminaba por una avenida colombiana en el sur,
con el atardecer de fondo
Mientras pensaba en la vida, en la muerte y me viniste a la mente
Vos
¿Vos recordás aquella vez que nos tomamos las manos
Y te dije que no me gustaba y guardaste silencio?
No puedo explicarlo pero hay algo hermoso en ese recuerdo:
La calle,
La gente,
La noche:
Capital.
.
De nuevo viene esa sensación de vacío
De la idea
De ese entre nos siempre dudoso
Que nunca supimos llenar.
Aunque Nietzsche se reiría de mí
Debo confesar que
Tengo la esperanza que algún día leas aquel poema
Que te llegue aunque sea a retazos, pero no lo creo,
No sucederá
Lo único que puedo decir
Con certeza de nosotros es que nunca leerás este ni aquel poema.
Perdón por la métrica.
Escribo sobre escenarios posibles. Pero en el fondo siempre escribo sobre lo mismo.