FilosofíaLiteratura

Vacuidad

El cuerpo deja de doler,

el alma que no existe ya no adolece,

el silencio se vacía,

los pensamientos paran de emerger,

las palabras se desbordan,

se caen 

y no vuelven más.

.

De a poco dejo de escribir:

ni los pensamientos son claros,

ni hay placer en las drogas,

ni en el sexo

sólo lo efímero.

El tiempo fluye como el agua

y nosotros como el bambú japonés

que no se rompe

nos dejamos abrazar por él.

.

Ojalá deseemos regresar eternamente.

Ojalá la vida no sea un eterno retorno.

Decadente Humana

Escribo sobre escenarios posibles que son imposibles. Pero en el fondo siempre escribo sobre lo mismo.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *