Invoco al Dios, al que con su saetas hiere de lejos,
Al que con sus saetas hace surgir entre las hojas de los árboles las más bellas palabras
Yo invoco a Apolo, entre la nocturnidad y el amanecer.
Invoco y pido unas de sus saetas para disparar, bellas palabras, enigmas y muerte
Ejercicios de futilidad