La mujer de sombrero blanco (parte 2 de 2)

                                                          Buenos Aires, 23 de Septiembre de 1941

 Señora Sofía

Fui al cementerio, y no encontré el lugar que usted me indicó de la tumba de Carmen, pero encontré su nombre en un registro de personas fallecidas. Había muerto el Martes 28 de Febrero de 1941. No sabía a dónde ir ni qué hacer. Dentro de unas horas navegaré a Francia.

 Recién le escribía desde un bar. Salí y crucé la Plaza de Mayo. Me senté en un banco a esperar el transporte que me llevaría al puerto. Mientras los niños jugaban, sentí una ráfaga de aire frío. Al momento llegó el transporte.

 Miré por la ventana y suspiré. Una mujer corría para alcanzar el colectivo. Subió apresurada, con un sombrero blanco que le cubría la cara y un vestido gris. Llegué al puerto y presenté los documentos para embarcar.

Al rato de entrar al camarote, alguien golpeó la puerta y me dijo que habían dejado una nota a mi nombre. Cerré la puerta y abrí el sobre. Era una carta de Carmen. Imposible: decía que pronto nos íbamos a ver.

Salí a tomar un poco de aire a la cubierta principal. Me di media vuelta y tropecé con la mujer del colectivo. Le pedí disculpas y ella se sacó el sombrero y me dijo “Hola Gerard, acepto”.                


París, 28 de Agosto de 1942

 Querida Sofía

Desde hace un año y medio, la gente piensa que estoy muerta. Mejor así.

 A escondidas, Martin había leído las cartas de Gerard, y fue presa de un ataque de furia y celos. El martes 28, después de una discusión, me persiguió por la calle y no sé cómo ni de dónde sacó un arma. Las calles estaban oscuras, barrosas y vacías. Lo distraje por un momento y agarré un caño de metal oxidado que encontré en la vereda. Le golpeé la cabeza y cayó al suelo. En ese momento, una mujer salió de su auto y vino corriendo. Era mi hermana Laura, recordarás que somos muy parecidas. Martin se incorporó y le disparó pensando que se trataba de mí.

Después supe que no era casualidad que Laura estuviera allí: eran amantes. Martin ahora está prófugo, no sé nada de él. La policía supuso que la muerta era yo.

 Carmen

                                                                   Buenos Aires, 11 de Octubre de 1942

Querida Carmen

Pensé que habías muerto. ¿Dónde estás?

En el diario “La Razón” te dieron por muerta. Contame, ¿dónde estás?

Gerard vino a buscarte a tu casa, no sabía que supuestamente habías muerto. Ya está de regreso a Francia. 

Ahora entiendo por qué Martin se veía raro. No puedo creer que con Laura te hayan engañado.

¿Sabés algo de eso que estabas intentando averiguar en la embajada argentina en Londres? Cuidate, por favor, esos asuntos pueden se complicados.

Cariños

Sofía

Paris, 21 de Diciembre de 1942

Querida amiga 

 Aunque no lo creas, estoy con Gerard en Paris. Llegamos hace un mes. Tengo una sorpresa para vos: ¡Gerard y yo nos vamos a casar! Martin, por supuesto, ya no existe en mi vida.

En cuanto a lo que me preguntás sobre la embajada, te pido discreción absoluta. Mi intención ha sido investigar a un grupo de anarquistas españoles que pretendían atentar contra esa institución.

Espero que andes bien. Abrazo grande. 

Carmen      


Buenos Aires, 12 de Febrero de 1943

Carmen

Me alegro que no te haya pasado nada, y más me alegro por tu futuro matrimonio.

Escuche por la prensa que encontraron a Martin, asesinado de un disparo en la cabeza.

¿Cómo están las cosas en Europa? Supongo que muy difícil, las noticias que llegan de allá son terribles.

 Hoy vine a visitar a mi madre, hacía tiempo que no la veía. Te manda saludos, no sabés cómo se alegró de que estés bien y de que no te haya pasado nada grave.

Abrazo de parte de todos.


Londres, 26 de Junio de 1943

Mí querido Gérard

Tuve que tomar el primer tren a Londres. Lamento haberme ido sin despedirme, pero el asunto de la embajada me desvela. Quiero ayudar a encontrar a los conspiradores. Las pruebas que tengo no son suficientes. Espero llegar al fondo del asunto.

Como podrás imaginarte, no sé cuándo voy a volver.

Te quiero

Carmen

Londres, 27 de Agosto de 1943

 Sofía

Estoy en Londres. Hoy tuve que seguir a un sospechoso. Avisé a las autoridades, pero no llegaban. Tuve que dispararle en la pierna. Las autoridades de Londres llegaron y encontraron un explosivo en un maletín que llevaba el sospechoso.

Tal vez te resulte extraño que te cuente estas cosas. Vos sabías de mí trabajo en la diplomacia, pero nunca te había contado exactamente qué era lo que hacía. No te asustes, es por una buena causa. Sé que no es seguro ventilar estos asuntos, pero al mismo tiempo, tal vez sea necesario dejar testimonio de ellos. Y, además, siento la necesidad de contárselo a alguien de confianza.

Carmen

Buenos Aires, 25 de Octubre de 1943

 Querida Carmen

Me extraña pero no tanto conocer finalmente tu verdadero “trabajo”, siempre fuiste un poco misteriosa. Por supuesto que podés confiar en mí si te parece necesario, mi discreción está asegurada. Espero que te cuides.

¿Cómo se están llevando con Gerard? Supongo que no debe ser fácil convivir con alguien a quien no conocías en persona. Quiero saber todo. Mis padres no dejan de preguntar por vos.

Ya voy a ir a visitarlos y me van a mostrar los hermosos lugares turísticos de París

 Que estén bien.

Sofía

Paris, 20 de Diciembre de 1943

Sofía

Me encanta este país, pude ver la estatua de Cyrano de Bergerac, te acordas que te hablé de ella. Junto a Gerard recorrimos muchos lugares.

Fuimos a la casa de exposición del Grand Palais. Mucha gente saca fotos a las pinturas que expuso Gerard. Le van a hacer un reportaje por su producción.

Gerard anda un poco extraño, no sé si le habrá afectado el casamiento. Veremos…

Claro que espero que algún día vengas a visitarnos. Te extraño. Y gracias por todo.

Abrazo grande.

Carmen

                                                                              Edimburgo, 29 de Febrero de 1944

Señora Carmen

Verá usted, no le resultará gratuito haber hecho detener a nuestro compañero. Gerard morirá si no nos entrega 100.000 libras. Sabemos que tiene recursos. Si no me lo trae no dudaré en matar a su esposo. Le agradecería que venga sola. La esperamos en la estación de trenes de Edimburgo, el 4 de Noviembre a las 19.00 hs.

Nos vemos

Frente Anarquista Español

Paris, 15 de Abril de 1944

Sofía

 Llegué enseguida a Edimburgo. Tenía poco tiempo. Intercambiamos unas cuantas frases, pero Gerard no se encontraba ahí. Me llevaron a un galpón en las afueras de la ciudad. Me ataron a una silla. Una puerta se abrió: era Gerard con un revolver.

 A tres metros de mí, se quedó parado un instante. Me dijo que era él el que estaba atrás de todo. Me apuntó. Me dijo que después de esto no podríamos volver a vernos.


Cerré los ojos y oí disparos. La ropa de los hombres quedó manchada de sangre.

 Gerard me miró con expresión triste y me desató. Se despidió y se fue. En cuestión de segundos los policías llegaron.

 Carmen

Ilustraciones de Axel Schaub Farrell

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